La Jaula de Los Olivos de Mi madre
ando en la finca, escuchando sus quejas sobre los vecinos y los precios del aceite,
zcla de desprecio y envidia. Ella siempre habí
ntado la cabeza", me dijo
ndí. No mer
dejó en el buzón de la entrada. Reconocí el logo del B
pida. Estaba regando las mace
, preguntó, su
mamá. Nada
rró con fuerza. El sobre se rasgó. L
platos. La incredulidad di
as men
un susurr
ngañarme? ¿A mí? ¿A l
nada que decir. La verd
tu padre. Siempre con sueño
e directa a la chimenea del salón, donde toda
sías de cocinero ahora", dij
s sin pensarlo dos veces. El dolor fue agudo, pero la rabia e
, gritó ella,
uemado como si fuera un trofeo.
Si quieres que me quede, será porqu
a voz de un hombre que ya había muer
vida. No voy a mo
ritos. Miró la escena: mi mano quemada, la cart
asado? Mateo, ¿q
omo siempre. La perf
so, adoptando su
ir y nos va a dejar solas. Después de to
lágrimas teatrales q
ojos de Carmen. Un
su cama, dibujando en un cuaderno. Eran diseños de traj
oda su atención caerá sobre ti. Todo
lenos de un resentimiento qu
¿Enfrentarme a ella? Es
z se
char todos los días cómo su hijo la traicionó. A ser l
do profundo y ego
uela de diseño de moda en Sevilla. Lo había cog
se en la
e ayudas a escapar, volveré a por ti. O te e
fotos de los diseños. Vi una chispa de esperan
rdad?",
ienes que elegir.
n su cama y salí
estaba en