No Soy Tu Marioneta: El Juego Final
consiguió un trabajo en la cocina de un restaurante mugriento. Catorce horas al dí
me esperaba en la pu
decía, extend
Ella lo contaba delante de mí, con una sonrisa de
preparar el desayuno para toda la familia. Un desayuno completo: huevos, frijoles, tortillas frescas. Mientras ellos comían, y
ada, siempre hambrienta. Perdí peso rápidamente.
rozo de sandía que habían tirado a la basura en el r
Vómitos, diarrea, fiebre. Me arrast
Su primera reacción no fue de
sfigurada por la rabia. "¿Estás emba
l pelo y empezó a golpearme. Patadas
¡Arruinaste todo
Me arrastró de vuelta a mi
digas quién es el padre!" gritó
do. Sabía que no sobreviviría si me
me quedaba, me arrastré hasta ella. Busqué en mi bolsillo el láp
escribí en la tela un
dificultad y lancé la camiseta a la c
do se vol