Entre Cenas y Letras
esde el momento en que su cappuccino lle
n espuma feliz, traen cafeína amarga, correccion
sonrisa no era una señ
os seres con complejo de semidios, ya era decir mucho. Lucia atravesó los pasillos como si fueran trincheras de guerra, esquivando las miradas cómplices y las
rte, la
papel de la narrativa en la política moderna. Y sí, claro, la carta de intención para el puesto de Editor
terceptándola como quien se lanza a parar un tre
esagio #1: Emma no la
o sonrisa. Ni siquiera
ya sintiendo cómo su estómag
. sól
rsianas estaban abiertas, el café olía demasiado fuerte y
e dejó d
. Él
suficiencia con la que le había pedido matrimonio. Y con la que, dos meses antes de la b
. Jodid
becario con demasiado tiempo libre y un problema con el karma estaba jugando con Photoshop y la
parecía pronunciar las palabras como si f
alegraba que le arranca
hacia el director, que ahora sudaba como
spués de un análisis exhaustivo, el comité ha decidido otorgar el puesto de Editor en Jefe a Charles Raven
Como si Charles
cara del director ni utilizó el tintero como arma medieval, aunq
ntir. Una vez.
, sin una pizca de em
er el papel de su vida. A ella le dieron ga
ntos con profesionalismo -dijo
ntra su propia dignidad. En su cabeza, las palabras daban vuel
neurociencia narrativa en revistas internacionales. Su prosa se citaba en simposios, por el a
ó la puerta, se dejó caer en
nces l
de un edificio moderno, un cartel recién colgado
ina experime
o y expresión seria intentaba estabilizar una torre d
tenía manos rápidas, mirada concentrada, y cero idea de que alguien lo estaba observan
antó la vis
desvió l
tam
que su exnovio era su nuevo jefe. Po
n las palabras "Charles Raven es tu nuevo jefe" rebo
ar
fundió a Borges con un di
Virginia Woolf era un p
a era s
hondo que consideró mudarse a
uchillo como si le debiera dinero. Cada movimiento era preciso, obsesivo, casi sensual
parecida a la de su
e no necesita humillarte para senti
ltó una
e Armani, con alma de cartón reciclado, que había conseguido
ba c
terario est
el chef tenía