No eres inculpable
en el Mercedes de Mateo
un perfume que
loto. Estaba movido. Reclinado
colgaba un ambientador
ritorial. Vul
irma de
uñas se clavaron en la
neno frío que me r
ar, de desatar el infi
ento, el teléfon
luminó con el no
stó al i
? Tranquila
era un arma, para
o, solo se o
a una máscara de preocupaci
e ir. Está
ateo? Son las do
á sola, asustada. Lo de
risa seca,
mi generosidad o que la ex
runció
. No entendés la fragilidad de una chica de pu
ue la
el último hilo
eredera Valmonte, a la mujer de
isela en apuros que le
del auto,
Qué
onsolar a tu empleada fr
do, luego su ros
Como q
a y se bajó si
ia, su silueta desapareciendo en la
la nada, con un ambientado
llo
éfono y marq
abogada más temida de Buenos
ale
extrañamen
apeles del divo