La Hacienda de los Secretos Muertos
ntes de lo previsto, el corazón me latía c
n silencio, un silen
pero solo el e
rto, en el jardín,
to se instaló en mi
rivada de la hacienda, e
lado, estaba cerrada con un pes
golpeando la made
¿Dónde es
brió y él salió, su rostro u
de respeto", dijo, su voz sin emoción.
laves de la mano
y húmedo me g
o, sobre el suelo de p
pi
aba rígido, sus labio
pó de mis pulmones. El grito que sa
azos, su piel frí
ba m
erta de frío en un sótano
delicadeza que no sentía y subí las
a la c
Mateo y Cami
s manos en su cintura, sus boca
is pasos los h
con fastidio
no es el
él, golpeando su p
¡Mataste a n
caer. Se arregló la ropa y protegió a Camila,
ue un accidente. Un cast
acia Camila, su
la reliquia se rompió y porque Isabela no
acia mí, su mirada
mitación de la sa
iez años de indiferencia, su obsesi
i hija murió por una o
or se había transformado en
el div