La Hacienda de los Secretos Muertos
anías, con el corazón lleno de an
ienda, debería haber
o anormal y pes
la, con un rostro helado, confesando
n el sótano,
er
olor se ahogó
stro propio pa
fierno no
Camila, besándose sobre e
la consolaba públicamente, mientras e
enizas, quemándolas en un ritual
de ser t
acrificio por una obsesión ajena, una ment
lada por la locura de un hombre y
do mi propia muerte para
go cenizas y revelando un horror aún mayor: había purifi
era hora de que el monstru