Las 99 Marcas de mi Libertad
tablao de Isabela, su baile
r, un lugar ganado y mantenido por una "deuda" impuesta
a, regresó de la nada, y con él, la verdad de s
elevó instantáneamente, relegándolo a
e daba en el fondo del escenario, mientras
uedaba de su abuelo, su medalla de plata, como
inmovilizaron y un crujido espantoso anunció el fin de su ca
areció, solo para elegir la pantomima de ataqu
soportado 99 heridas en nombre de una gratitu
a, tan cruel, tan ajena a la
aquel callejón, dibujó la última
estaba
rgullo pisoteado, pe
a saldada" en su escritorio, y cojea