Mi jefa Secreta
í de esas lluvias persistentes que parecían empeñadas en lavar cada rincón de concreto y acero de aquel paisaje urbano. Desde su asiento junto a la
ue todos conocían. Ahora, la ciudad se le presentaba como un mapa sin señales, un laberinto de luces frías y pasos apurados. Y ella... solo una
motor se detuvo con un suspiro, y Sofía descendió al andén central, respirando por primera vez
y su mente repasando la información que había leído una y otra vez en el tren: D'Alessio Technologies. Una de las empresas más influyentes del país. Multinacional. Visionar
mponía respeto, aunque Sofía apenas había encontrado un par de entrevistas breves y ninguna imagen reciente. Era como si se cuidara de no dejar huellas.
como asistente administrativa en la sede central. Un contrato de prueba, sí, pero el tipo de oportunidad que no se rechazaba. Pa
habitación en el cuarto piso. Subió por las escaleras, arrastrando la maleta y su cansancio, hasta encontrar un cuarto estrech
ables, con ascensores que no llegaban nunca, con vo
que había sido de su madre. Frente al espejo, se hizo un moño bajo, discreto, y se puso un poco de maquillaje solo para borrar la
ela moderno en medio del distrito financiero. Las puertas automáticas se abrieron con un suave susurro cuan
ndo su reflejo distorsionado en las paredes metálicas. El número 44 brilló y las
azul y expresión
a Cast
dió con voz
do aún, pero su agenda está sobre el escr
ritorios, una pantalla digital que mostraba el itinerario del día, y una pu
internas, y manejarás la agenda. No se permite uso personal del celul
, c
la palabra. No preguntes sobre su vida personal. Y nunca, ba
tió, traga
uier momento. Que teng
on el mismo paso firme c
de privacidad, instalar su usuario y memorizar los nombres del equipo ejecutivo. El silenc
a puerta del
ire cambió de forma sutil, pero inmediata. Pas
ió sin previo aviso. Sofía
bello recogido con precisión quirúrgi
ia D'A
entó pone
as, señora
de largo, entrando a su despacho sin decir una palabra. La puerta se cerró con
, sin saber por qué esa mirada había tenido un peso tan
ya la co
era estado..
n ese instante que su vida, tal como la