Diosa de Muerte: Deuda de Sangre
me visitó. Estaba ocupado, consolidando s
con una sonrisa triunfante. Trajo
rillaban con malicia. "Siempre hemos sido rivales por el afecto de Ale
dije, mi vo
ro llenando el aire. Susurró,
arazada. Lo concebimos mientras tú llevabas
aliento. La humillaci
de Isabella no
ió. Lloró. Pero Doña Elena ordenó a una de las sirvientas que lo asfixiara
apó de mi garganta.
voz rota. "¿Por qué le
uardias! ¡Sosténgan
zos. Isabella se acercó a la pequeña
u hijo podrían ser... útiles. Los mandó moler y convertir en un
o de pura incre
¡Es me
y me mostró la u
. Exige que te lo
, hacia el estanque de los peces k
o a los peces ahora, Sof
, cualquier cosa. Isabella me siguió, me
ó. Vio la escena, la manipulación pe
el agua por un momento, viendo cómo las últimas cenizas de mi esperanza se
í, interrumpiéndolos. Alejandro se sobresaltó, inte
Me enfrenté
de mi hijo?", exig
a llorar, sim
ojó al suelo. "¡Estás dañando
ó a brotar. Isabella, fingiendo preocupación
ojos de Alejandro se
de mi hijo al estanque", l
!", gritó
rrados junto a la jacaranda", dijo, su voz dura. "Has dañado a Is
egunté, mi última pizca
sa duda, mi corazón s
ré. "Ningún padre daría los re
n una sensación de inquietud, una pequeña semilla de d