La Farsa de un Amor Perfecto
sor de gastronomía, un ment
vó al Santuario de Las Lajas, en Nariñ
anciano se acercó, reconocien
lamado Mateo Velarde vino aquí. Hizo una gran donación. Y un
iró, con
gen para su esposa, Isabella. La dejó aquí un
e oro. Isa la tomó, sintiendo un nudo en la g
inuó, frunciendo el ce
s más ese día. Dijo que eran para una tal
. Cualquier atisbo de duda, cualquie
o era absoluta, inclu
voz temblorosa y se marchó,
a esa noche, encontró a Is
endo una luz tenue. "Estaba
el Caribe. La primera, un chamán me dijo que tenía mal
xpresivo. La frialdad en s
preguntó él, su
voz monótona. "Quiero ir a Miami. A re
de tema y la mención del ani
que quieras. Saldrás
u propia narrativa
ncendió la chime
os, cartas, pequeños recue
, los arroj
nsumían los rostros sonrie
is dolorosa, u
allí, el rostro
ndo la mano en las llamas para i
a mientras él gemía de dolor
a," dijo ella,
nfundido y asusta
," dijo, tratando de ab
acost
do calmarla, disimulan
mir, su celular vibró.
ranquilla. Tenemos una pequeña celebrac
ntrada del hotel, decorada
tó en silenc
eropuerto y un vu
sica y las risas de niños se o
ntrada, oculta e
de cumpleaños
allí, sonriendo, tratando
de los gemelos, bro
Siempre compro todo por duplicado. Uno par
Mateo fue la confirmaci