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Cenizas que susurran

Capítulo 4 El Custodio de Fuego

Palabras:1044    |    Actualizado en: 18/06/2025

ncio de

paredes, negras como la noche sin lunas, exhalaban una tristeza sin nombre. Las columnas talladas tenían formas humanoide

claro caía sobre su cuerpo delgado como una segunda piel. Las sandalias eran de cuero endurecido, incómodas, y los p

. Hablar significaría explicar. Explicar significaba ment

o más profundo, como si las cenizas hablaran un idioma sin palabras. En la aldea, su madre le había dicho una vez que

r la mirada cuando sintió el cambio en el air

nces l

to rango. Su cabello oscuro le caía hasta los hombros, y su rostro -grave, anguloso- parecía esculpido por viento y ceniza. Lo

tuvo el

amente. No debía habl

e detuvo fr

a, pero poderosa. Como si no habla

beza. Hizo un gesto lev

ba curioso, no incrédulo. Como si

era su úni

o observaba. Asha sintió que estaba siendo evaluada no po

o, caminó hacia la urna más alta del altar, coloc

ón. Solo un leve resplandor, como bra

in volverse- suelen llev

e f

dejado de latir hasta que sus p

bajo l

Asha no p

a cubrirse. Pero el frío que sentía no venía de las piedras:

trás de los ojos. No había hecho nada para impresionarlo. No

había

¿Qué se siente estar cerca de alguien así todos los días? ¿Era él parte de

on hojas secas, un cuenco y una vela negra. El ritual era simple: encender la vela

era la Memoria Viva

na voz suave en su interior. No palabras, si

as puertas doble

Otra

ndo frente a él. No lo sostenía con las manos. Lo sostenía la

ato. Pero ella sintió q

otr

ncendió la vela como le habían

aen respuestas mejores qu

Luego, su t

os no permiten esclavos cer

dió. Mantuvo l

emen que

s ojos se cruzaron. Él no la reprendió. No la castigó. Solo la obs

Como si una mano invisible le acarici

No la tocó, pero un rastro

ue lo niegues. Y el fuego, ta

ció por el pasadizo lateral, de

e rodillas,

arde si

he, Ash

Que cada paso la hundía más. Que una voz la llamaba

cue

cuerpo. En sus manos, marcas de hollín.

sino el inicio. Que algo la unía a ese hombre, algo más allá de la obedien

. Lo sabía. Lo s

o que no se

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