La Heredera Oculta
cuentro con
automáticas y el murmullo constante de conversaciones formales creaban una atmósfera propia. Para Inés, cada día era una
odos, no solo por el respeto que generaba, sino por
sario llamado a continuar la dinastía, un hombre que, aunque aún joven, ya tenía un lugar firme en
tarde en el departamento de estrategia, cuando una llamada inesperada
jefa, apareció en l
avance del proyecto. Quiero a todos listos en la sa
Renier". El nombre que había repetido mil veces en s
io que dominaba toda la ciudad desde aquel piso 22, se llenó de ejecutivos y as
, las puertas se abr
da, una corbata que combinaba con sus ojos verdes y una expresión que
e, cada rostro. Al llegar a Inés, por un instante, sus miradas se cruzaron. F
ido en su mente. Su expresión no era solo la de un hombre que controla un
ectativas, hizo preguntas incisivas y escuchó atentamente los reportes. I
tivos se dispersaban para atender sus tarea
ntes de la fecha acordada -dijo con voz
evamente en Inés, esta sint
nrisa-, he escuchado buenos comentarios
inclinación de cabeza, sin
or Renier. No
extraña en ella. No era solo admiración n
el destino: la sangre que los unía era invisible para é
y mirar el horizonte iluminado por las luces de la ciudad. Sabía que ese encuentro era sol
Para cobrar lo que nos robaron. Pero también s