Todavía te quiero
ente seguía trabajando, incapaz de encontrar paz. El retrato de la madre de Alejandro seguía en su cabeza, pero no era la pintura
dio cuenta de que ya no podía alejarse de Alejandro. Había algo inquebrantable en su presencia, a
presencia tan familiar, pero tan peligrosa al mismo tiempo. Alejandro estaba allí, y ella no podía negar que había algo en
s se movieron con cautela por el cuarto, como si temier
palpable. No se atrevían a hablar de lo que realmente importaba, lo que había sucedido se
ostener su mirada por mucho tiempo. El impacto de su presencia la desbordaba-. Creo que l
e Elena no lograba identificar. Era más que duda. Era algo que no podía desentrañar. Alg
un tiempo más? -dijo él, como si n
¿A seguir siendo parte de este mundo que lo rodea? Pero Alejandro no le ofrecía una respuesta clara.
n en su voz. No quería que sonara desafiante, pero tampoco podía evitarlo
da que Elena no entendía, como si estuviera siendo evaluada, esperando algo de ella que no podía
salvable. Pero no la tocó. No hizo un solo movimiento que la hiciera sentir más cer
el aire. El tono era tan cauteloso, tan lleno de reservas, que Elena se sintió aún más descon
Estaba buscando algo más que solo un trabajo? ¿O era ella quien se estaba inventando expectativas
cho, como si todo a su alrededor estuviera presionando. Los recuerdos del pasado se agitaban, y la sensaci
l peso de sus palabras, de su presencia, llenaba la habitación, dejándola sin alien
te seguirle el juego, que no podía seguir respondiendo como si nada hubiera pa
omo si estuviera luchando contra sí mismo, con lo que tenía que decir. Pero no lo
ciones que nunca tuvieron conclusión. La sensación de que había algo pend
r y la frustración asomando en su voz. Quería saber la verdad. Necesitaba sa
su boca se cerró. No dijo nada. La tensión entre ellos era tan e
en un susurro, mientras giraba para irse. Pero no pod
sei
. Era la última vez que se verían, o al menos, eso pensaba Elena. La sensación de que alg
él, con la voz quebrada, pero ella
n ser nombrados. El pasado seguía siendo una sombra que no se podía apa