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CEO vendido

Capítulo 7 Fue suficiente

Palabras:1279    |    Actualizado en: 23/04/2025

lla. Reconocería esa cara en cualquier lugar. - Sophia tiene veinticinco años, nació y creció aquí en Nueva York -dijo el subastador. -Pero eso no es lo que los dis

dea de que ella no hubiera sido tocada me dejó perplejo. No tenía sentido. Probablemente sea una estrategia de ventas. De cualquier m

egundo. ¿Cómo diablos pasó la verificación de antecedentes para entrar a este lugar? Benji y yo nos conocemos desde hace mucho tiempo, pero difícilmente podríamos considerarnos viejos amigos. Solíamos correr en los mismos círculos hasta que me di cuenta de que era una serpiente mentirosa y conspiradora. ¿Sabía él quién era ella? Lo dudaba, pero no podía estar seguro. La idea de que él pusiera sus manos sobre Sophia era demasiado para mí. Sin pensar, miré a Fiona y le dije. -Cinco mil dólares. La cabeza de Benji giró tan rápido que su grasiento cabello se movió. Cuando me vio, sus ojos brillaron de irritación. -¡Seis mil! -dijo, volviéndose hacia el escenario. -¡Siete mil! -respondí. Para ese entonces, Sophia y

e estuviera bien. Si tenía tanta mala suerte que se estaba subastando a sí misma, algo tenía que estar pasando. -Mira, tengo que irme -dije mientras uno de los hombres de Fiona venía a escoltarme. -¿Tenemos un trato o no? - Oh, por supuesto. El contrato es tuyo. -Geoff me apretó la mano. -Firmaré los papeles esta noche. Los tendrás a primera hora del lunes por la mañana. - Excelente. -Me levanté y me acomodé la chaqueta del traje. -Si me disculpan. -Diviértete, Joey. ¿Qué carajo acaba de pasar? Me pregunté mientras seguía a la escolta fuera del salón de banquetes. Era hora de descubrir por qué diablos estaba ella allí. 5- Sofía Cuarenta. Mil. ¡Dólares! Cuando me llevaron de nuevo a mi hab

on eso cerró la puerta dejándome sola en la habitación. Cuando la costa estuvo despejada, me dejé caer en la cama, con la cabeza entre las manos, mientras mi respiración comenzaba a acelerarse. El período previo a la subasta fue el más estresante de mi vida. Aunque me trataron con el máximo respeto, la realidad de lo que estaba haciendo se instaló por completo. «Está bien, todo va a estar bien, puedes hacerlo», me dije. -Es sólo una noche con un chico. Nada más. De todos modos la virginidad es sólo una construcción social. Sí. Así es. Sigue diciéndote eso a ti mismo. Construcción social o no, acababa de vender mi primera vez teniend

silla de la esquina, donde el botones la había dejado cuando llegué. Metí el sobre de forma segura entre los vaqueros descoloridos y la c

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