Matrimonio falso con mi primer amor
e, sacando su teléfono del bolsillo y d
gar, has envejecido como la leche . Con una risa o
stú
e han dado una paliza emocional. Tratar con la gente de este pueblo es como n
en retorcer el cuchillo, aprovechando cualquier oportunidad para recordarme mis errores y fracasos del pasado. Pero al alejarme de e
me paro frente
lena , aunque ya no la conozco. Al levantar la vista hacia las nubes grises que s
erdos de mayo y la incertidumbre de volver a encontrarme con Helena . Pero la cu
. La tienda está en silencio, salvo por el suave susurro de las hojas y el sonido lejano de una radio que toca una melodía que me e
está almorzando
a mientras arregla un ramo de girasoles. Su mirada se posó en mí
el frío acero inoxidable, observo cómo Helena entorna los ojos, como si intentara descifrar la verdad tras mis palabras. Siempre ha
cada de seda negra, sus ojos color cielo aún tienen un brillo travieso. P
o, intentando mantener un tono informal, a pe
na leve sonrisa que no llega a sus ojos. Hay una tensión entre nosotros, den
posición de suculentas en macetas para evitar su mir
estado... arreglándomelo , dice finalmente, con voz cuidados
Jesica ? -Siento haberme ido sin decir nada , le digo en voz baja, mi
mbia de postura; la calidez de su presencia me alcanza como para derretir la barrera de hielo que había construido a mi alrededor.
mo dejé las cosas entre nosotros. -Complicado es quedarse corto , digo con una s
ubiera derrumbado en su mente. -Bueno, las cosas son diferentes ahora. Siento lo de tu papá. Las palabras
ndome aún más culpable
LE
teléfono. Se me ocurre que podría estar aquí para recoger flores para su difunto p
Pensé que llegaría tarde, como era de esperar. Ya sa
to lástim
acercándose más a mí, su aroma, algo fresco y limpio como el air
i estuviéramos com
se iba hace tantos años. No soy especial para él, y probablemente nunca lo fui. -Dudo que alguien se diera
ar guarda un pedazo del pa
, bajo las capas de encanto e ingenio, puedo sentir el dolor que aún se arremolina en su interior, un
ía enseña
con solo esas pocas palabras cuidadosamente elegidas. Su mirada penetrante y su voz familiar aún me recuerdan mi hogar, y puedo sentir cómo lo
manera más difícil: a trav
la única forma de s
con salir a la superficie y arruinar mi vida. -¿Qué quieres decir con eso?