terrumpió la tranquilidad de la casa. El eco firme y pausado de cada paso se

de inquietud en el pecho. Su mirada se posó en la en

bral. Sus ojos, de un azul afilado, la escudriñaban con una mezcla de desconfianza y desprecio. Había

án? -soltó de golpe, cruzando l

deó, desc

erd

una media sonrisa sarcástica, avanzando un pa

creyera en sus palabras, sino por la convicción c

nguna relación con él -intentó aclar

ó una risa seca, c

do bajo su techo. -Sus labios se curvaron en una sonrisa venenos

dentro de ella. No tenía por qué justificar su presencia allí, y mucho

, una voz grave y autoritaria

ios estás h

es giraron al

nte vestido con su traje, el cabello ligeramente desor

hacia él con una

ludas a

os brazos con firmeza-. Lo

en el estómago. Así

, como si todo aquello l

elea. No me digas que en serio

y avanzó hacia el

nes derecho a entrar

na ceja, fingi

amático. Sabes que siempre

ndíbula de Tris

remos

a se soltó con un ademán despreocupado, c

a amiga está aquí? -preguntó con un deje burló

molestia, pero se obligó

dureció la

, y no es de

te, sacudiendo la ca

no ha superado na

silenciosa. Luego, con un último gesto condescendiente, se giró

ecer por el umbral, la

eremos

siguió fue seco

ejó fue espeso, c

ara despejar la frustración. Lya, aún de pie en la cocina, lo observaba con l

Sin duda, como hombre soltero y adinerado,

ntó con curiosidad, inclinando la cabeza.

a y apoyó los antebrazos en la encim

Me gustan las mujeres dominantes y demandantes. Me a

ue Vanessa había dicho entre gritos y lo

, cruzando

ren, pero si empiezan a buscar otras opci

l ceño y lo m

ces Van

hombros, como si el te

peor no es eso, sino que empezó a ofrecerse a salir c

frío ante la frialda

a... frío

e risa, con ese aire d

do las cosas terminan, estas mujeres hacen e

e entenderlo mejor. ¿Le gustaban mujeres

ú de todo eso? -preguntó

los ojos, diverti

xigirlo. Al principio es un reto interesante... pero con el tiempo, casi todas t

momento. No quería ser

lla vivía en su casa, usaba su dinero, comía lo

sostenerse por sí misma. No porque Tristán la viera de e