Sexland
zco co
mina eclesiástica del cielo, tengo mucha pasta para pagarme muchos
rme cada vez que por algo muy puntual, me v
fá, mirando el catálogo de monitores. Resoplé y lo hice en un tono muy alto para lla
en cada casa y yo, habÃa perdido en piedra, papel o tijera y ah
na que me miró y cuestionó — ¿Nos tuvimos? — se puso de rodillas en el sofá, mirándome como yo dramatizaba — si no vienes ahora, ya no te voy a amar y
ro cocinas tú, yo ayudo— vino caminando hasta mÃ, y le sacó el dedo del medio a Li
rcajadas cuando le mostré lo q
las otras vinieron a ver mi enorme acto cu
definitivamente me quedaré con hambre
r los sandwiches, ella preparó una ensalada que ni e
Lindsey, que ya estaba vestida
uier ser humano, de la preferencia sexual que sea, admiraba.
s... Fue increÃble y quiero que Callum me lo haga
antes de decir — ¿En serio traerÃa a tu ma
i experiencia con el super sexy monitor que
ue sabe propo
ponerlas en perspectiva — mueve los dedos, que te mueres cuando te toca — me habÃa ganado su atención y me estaba calentando solo de pensarlo — me imagi
ojando? — me reñÃa Lindsey abanican
ho tú qué te cuente?
follen y voy a entrar a la galerÃa teniendo un or
e parecÃa demasiado. A mi hermana no parecÃan alcanzarles los dÃas para hacer todo lo que querÃa
ionada galerÃa del orgasmo. Nos cruzamos por el camino c
a, y aunque se veÃa por las palmeras y matas de plátano que movÃan
obre era un poco mojigata para este tipo de sitios pero tan
a delante, ella siempre ansiosa — vamos a ver una galerÃa de orgasmos, supongo que sean cuadros o algo asÃ, que indiquen posturas o cos
anera la calmó un poco y el corto resto del camino
casi que se sostenÃa solamente por el lazo debajo de mis pechos, era cor
e la isla y se veÃa un sit
dejar de mirar el sitio — que sean dos — dijo mi herman
por el techo del cielo que s
nga solamente y con una pajarita roja,
guiñando un ojo, ambos nos dieron a cada una unos
e me lo habÃa entregado me sonri
, acercándome un poco a él, que ladeó la c
dole un pico al de la puerta me tomó de la mano
i mente creó para encontrar aquÃ
DERRR
da miraba exactamente lo mismo
ñas plataformas por todo el sitio, en las que se encontraban var
frente a cada plataforma, un corto número de asientos par
mpagne y tomé dos, me tomé una y delante de él, la devolvà a la bandeja y me q
o tipo de orgasmo en vivo. Estaba asombrada y alusinada de pensar en
abÃa instrucciones para disfrutar debajo de cada pequeña plataforma en
ra venir a trabajar aquÃ, joder que relaja
tención pues yo habÃa divisado
saje en la mañana y no podÃa evitar desear ir hasta el, que estaba deten
más adelante y cuando estuve frente a él
un vestido que marcaba todo su cuerpo y el solo llevaba boxer, que exponÃan u
tecible y el pasó la lengua p
mbas, cruzando las piernas, nos
de ella fue sacando el vestido de tela transparente de ella y lo dejó e
uflar los gemidos que se escuchaban ya por el sitio y te ponÃan la piel de gallina, sin q
s se abrieran entre sus dedos y ella se retorcÃa bajo sus manos. Encorvaba el cuerpo, apretaba los puños y se mordÃa lo
mer momento de inquietud entre mis piernas, tuve que cambiar mi postur
era una pieza con tres cadenas y tres p
con cuidado dos de las pinzas en sus pezones. Tragué saliva y sentà que quer
pinza que no podÃa creer
n poder evitarlo y nos miramos asombrada
o allÃ, la tercera pinza, haciendo que ella gritara de placer.
que in
mos observar bien lo que seguÃa y ya tenÃamos más público en nuestra plataf
olo segundo, cuando ya estaba metiendo la cabeza de
ues cada vez que encorvaba el cuerpo, le retorcÃan las pinzas y le tiraba el clÃtoris, por lo que debÃa aguantar quieta y yo que solo miraba, me sentÃ
me ponÃa muy cachonda y sentÃa mis pezones asomados a la tela de mi ropa. Me movÃa sobre la silla
feminidad de aquella chica y ella gritaba cada vez que era demasiado
os vacÃa la bandeja del chico que nos trajo alcoho
asta el abdómen de la chica, que justo en él, descansaba el centro de aquel jugue
sà lo entendió, tiró de lo que tenÃa entre las manos y sacó de un solo golpe las
de mi propio éxtasis y sin pudor alguno, mirándolo a él, que me veÃa solo a mÃ, abrà un poco las pier
el baño supongo, mientras el, acomodaba su e
a y no pude evitar lo que hice, porque q
la toallita entre mis piernas y mi tanga, camin
tener un o
my y supongo que envidiaron l
go para que los tengas mejores
bitación. Sin embargo, lo que más llamó mi atención, fue el hecho d
Ãa cómo me llamaba