Sombra de un Amor Prohibido
llena de documentos que había estado revisando durante horas. Los papeles, las imágenes y los correos que había reunido durante la última semana formaban un caos or
e las amenazas a las que se enfrentaba no solo eran externas a la empresa. Había una sensación persistente, como si todo lo que Hug
cionaba. La atracción que sentía por él no era algo que pudiera ignorar. En ese espacio reducido, dentro de las paredes de su oficina, entre investigaciones y estrategias, Hugo
dio un brinco al ver el nombre de Hugo en la pantalla. Sabía que la llamada era importante. Sabía que no po
una sensación de urgencia-. Necesito que vengas ah
escuchar la urgencia en su tono. Algo no estaba bien.
ntras ya se levantaba de la
. Estoy esperando. -Y antes de que pudi
en lo que Hugo pudiera necesitar. Salió del apartamento y tomó un taxi directo a la oficina de la multinacional. Su corazón palpitaba má
misma estructura de acero y vidrio tuviera la capacidad de percibir el peligro. Subió al elevador, co
rio, mirando fijamente la pantalla de su ordenador. No había rastro de su usual confianza. Esta vez, su postura era tensa, sus manos apretadas en
reguntó co
ió por un instante. Sus ojos mostraron una mezcla de
n la pantalla había una serie de correos electrónicos, todos ellos con detalles específicos sobre transacciones sos
Hugo, y uno de los hombres en los que él más confiaba. Había trabajado a su lado durante años, y su rela
ntentara liberar la tensión que sentía. Luego,
os desde dentro. Pero no puedo saber hasta qué punto está comprometido. Todo esto podría ser
za externa. Había una traición en el círculo más cercano de Hugo, una que podría desmoronar todo lo que había construido. L
e con la sombra de la preocupación visible. A pesar del miedo que
que hizo que su estómago se retorciera. Algo en su tono la hizo sentirse más vulnerable
cada vez más peligrosa, y ella no podía ignorar las emociones que se desbordaban entre ellos. A medida que la situación se volvía más crít
para ayudarte -dijo finalmente, consc
ación parecía cerrarse a su alrededor, y por un momento, el peligro y el deseo se mezclaron de
olo profesional. Había algo más en