LO DESEO DESESPERADAMENTE Y LO ODIO
a más a la tumba. Te haré el favor de terminar esta lla
lar para final
odan a e
. Cualquiera que sea la razón por la que ella crea que me casé con ella es suficiente para que sigamos adelante. No necesita saber la verdad. Deslizo mis manos en e
s aquí,
as pocas personas cuya compañía disfruto, sino que también es uno de mis muchos oídos repartidos por toda Francia. Antes de bajar del coche, me encuentro con la mirada de mis hombres. -Ma
asie
rior del club, mis oídos captan la voz suave y sensual de la cantante. Reconozco la voz de inmediato. Nina, ella me ha calentado la cama en el pasado. Me dirijo a la barra y m
se atrevería a acercarse tanto a mí sin previo aviso, al menos sin preocuparse por perder la mano. Bebo el ardiente líquido de
n tu noche de bodas? -pregunta con
n vestido de seda rojo que abraza su cuerpo mientras se mueve sensualmente en el escenario, sus ojos me absorb
stá bue
brandy mientras Nina termina su can
ina. G
e en mis venas y me vuelvo
cierra de golpe. Traga saliva
maldita garganta es porque estoy inclus
blamos y en algunas ocasiones le he puesto en el camino a algunas de las mujeres con las que ya no quiero tener sexo. Pero l
esposa. Nunca
a voz de Orl
algún asunto de importancia ineludib
latan miedo-. Perdóname
Nina finaliza su sesión y e
e la detenga? -pregunta Orlando justo cuando
con la
do suavemente mi cuello, bajando su cabeza para besarme. Mi cuerpo no quiere el beso. Mi cabeza gira por voluntad propia y sus labios aterrizan en mi meji
. Por encima del borde, su mirada se posa en mi en
. Dios, ¿cómo es posib
nuevo, empujando su cuerpo contra mí y frotándolo contra mí. El aroma que emana de sus
ra en mi oído mientras una lar
entada y hábil. Solo unos momentos con Nina y ella hará q
no hay emoc
remolinado, y eso me molesta y frustra muchísimo. Ella no está dispues
tímidamente-. Me muero de ga
de mis manos y se est
e aleja de mí.
ay ni un rastro de arrepentimiento en mi
claramente confundida. -No..
o. -No
e la miro. Sí, ando por ahí con una pulsera de oro en el bolsillo, pero no la amo. De eso estoy seguro. Si
e hay mesas de terciopelo verde con fichas de colores sobre ellas. Con la otra mano intenta hacer un gesto disimulado a Nina para que se vaya a
lejándome de Nina sin mirar atrás. Hasta ahí ll