MARCADA POR EL DESTINO
La Bestia y
ería admitirlo, la idea de que Gabriel n
que imaginó. Gabriel fue suave, atento. Nada pareci
daba sus caricias, su cuerp
ía decirlo
anhelaba su contacto. Así que hizo
, faldas más cortas, ropa que abrazaba sus curvas. No de una forma
o h
Sus ojos oscuros recorrían su cuerpo lentamente, con
a fru
a controla
-
ela leía en la sala, esc
entana. Gabriel estaba all
a y vestido ajustado. Se reía con coqueterí
un calor recorr
le importaba con qui
mujer. Esa sonrisa arrogante y seduc
un nudo de rabi
alió al jardín
asando aquí? -interrumpi
miró con
ersaba con
una sonrisa burlona, como si supier
do -espetó Isabela, fulmina
arqueó u
lesta,
ue me molesta! -
oja rio s
sposa fuera tan te
la sangre hervi
r -dijo con una
versión, luego a Gabrie
os, Isabela se giró
edes hablar con
nrió con a
có a ella lentamen
el labio, sin sa
inclinó
ue no me querías. Que lo que pasó entre
ó su orgullo
del todo a
a miró co
plí
ó la mirad
jo, bajando la voz
sonrió l
¿
N
ellos. Ella sentía el calor
xhaló y lo mi
dmitió con dificultad-. No f
lencio por un segundo.
a, v
frunció
no signi
s? -completó
apretó l
N
onrió con
as, pero
svió la
que me asus
más, inclinándose pa
.. veamos cuánto