MARCADA POR EL DESTINO
Su primera v
bela mantenía la mirada fija en la ventana, sus dedos apretados sobre s
no podía creerlo. No
pal, ella no esperó a que le abriera la puerta. Salió ráp
riel era
reguntó con calma, cerrando la pu
con los ojos llenos de ira
he fue un error -soltó
ntrecerró
n e
uerza-. Porque fu
se frunció levement
ella, sintiendo un nudo en la garg
brazos, su expre
a. ¿Con quién
tó una carc
a mí? -lo miró con rabia-. Yo no e
ojos oscuros se suavi
bli
ronía-. Mis padres no me vendieron a ti po
n silencio, observ
o -continuó Isabela con la voz rota-. No les importaba
o de calmar el tem
rró-. Nunca lo ha hecho. Pero
con intensidad, per
. Pensé que cuando llegara el día, lo haría con alguien a quien amara. Qu
da se o
bestia
u expresión sin cambios, per
ue piensas de mí...
eres -afirmó
os fue abrumador. Una
ella, y aunque su rostro no mostraba e
fue un error, Bella, ent
ó que su cora
as palabras la afectaron
o dijo
os ojos llenos de
inó levement
esposa. Y por mucho que quie
a oscuridad de la mansión, dejando a Isabela