Me Quemo por Ti
e encontraban sentados frente a frente en la mesa del comedor, uno frente al otro, como si fueran dos piezas perfectamente alineadas en un
ando la vista de su teléfono móvil por un momento,
pero no sabía cómo expresar lo que realmente sentía. Algo en su pecho se oprimía cada vez que la conversació
uscando algo que decir, pero sintien
alista que reflejaba la perfección, pero esa perfección no podía ocultar lo que había debajo. Ana
lí, pero al mismo tiempo, tan lejano. Su rostro, hermoso pero impasible, siempre tan tranquilo, tan calculador. ¿Qué le
n cómo llenar los silencios. Las risas se habían ido desvaneciendo, y los "t
ió de tema, pero Ana notó el ligero tono distante en su voz.
, sorprendida por la repentina aparic
hemos estado trabajando mucho. - Sebastián no levantó la mirada de su teléfono, c
. En un principio, pensó que podría ser una oportunidad para recobrar lo perdido, para acercarse, pero una parte de ell
- Sebastián levantó la vis
frustración. ¿Por qué él no veía lo que ella veía? ¿Por qué n
siasmada con la idea... - Seba
"Ni siquiera sé si podríamos compartir un lugar como ese. En
ambos quedaron atrapados en una burbu
llena de gente, risas y voces, pero Ana se sentía como un espectro, desplazada en ese ambiente bullicioso. Las co
n, una mujer robusta y de risa conta
n jóvenes? - dijo la tía, mientras servía el vino tinto en las c
rencia, se oscurecieron ligeramente. La mención del nombre de Gabriel provocó una reacción sutil, casi impercep
repetía en su cabeza, pero no lograba comprender completa
saban todo el tiempo en mi casa, ¿recuerdas, Sebastián
su mirada no se encontraba con la de Ana. ¿Era solo su imaginación o Sebasti
orbo de su copa de vino y mirando hacia otro l
o en su cabeza, y por un segundo, no pudo evitar preguntarse si había a
e no lograba entender por completo. ¿Por qué Gabriel causaba tal incomodidad en Sebastián? El nombre se repetía en su mente, y
pensar en ese momento, en la sombra que había cruzado por el ro