Me Quemo por Ti
lvió a imponerse, solo interrumpido por el golpeteo de la lluvia. Y en medio de todo eso, una figura se arras
fusión. ¿Cómo había llegado hasta allí? ¿Por qué todo se sentía tan... lejano? Sus ojos, borrosos y desbordados de lágrimas, se clav
án... Ga
se escurrieron de sus labios como si se estuvieran desvaneciendo antes de ser completamente pronunciad
elazaban como hilos rotos. Su pecho se hun
uviera llorando por ella. Su cabeza giraba, y el mundo parecía perderse en un mar de so
a sí misma, con una desesperación que la envolvía. Sebastián... Gabriel... Los n
las pocas luces que aún alcanzaban a filtrarse a través de la tormenta. Un colgante. Las iniciales
es del mundo llegaran a ella desde un sueño lejano. Su cuerpo se sentía cada vez más pesado. El dolor la a
moverse. Su mente, que antes luchaba por entender lo sucedido, ahora solo quería aferrarse a un solo
ncia, como si ella fuera frágil y preciosa, un cristal a punto de rompers
ranquila. Todo va a est
ación era errática, y sentía como si su pecho estuviera a punto de explotar. Todo parecía un
le colocó una máscara de oxígeno sobre la cara, y un estremecimiento recorrió su cuer
uiso decir algo, pero las palabras no salían. Las lágrimas caían por su rostro,
sistía, como una sombra que no la dejaba ir: el rostro de Sebastián en la penumbra, y los ojos de Gabriel,
un manto pesado. La última imagen fue el colgante brillando en su
o, el misterio