Entre Socios y Secretos
. Las conversaciones con Isabella, la proximidad de Camila, todo se había entrelazado en su mente, como un rompecabezas que no lograba encajar. El roce entre lo profesi
potente, como si el destino lo estuviera empujando a confrontar lo que realmente sentía. Había algo en la manera en que Camila le habl
ver cómo se sentía en su presencia sin que las expectativa
antes de que la voz suave y
ajado, como si la llamada no la
a era algo mucho más allá de una simple conversación. No podía dejar de pensar en ella, y aunque se esforzaba
n titubear. La calidez en su voz hizo que Daniel se sintiera,
ntre las manos. Su mirada se alzó cuando entró, y al instante, Daniel sintió esa chispa, esa conexión, que parecía crecer cada vez que la veía. El tiempo parecía desacelerar
pero había algo en su mirada que reflejaba una curiosidad, una conciencia
e a ella, sin saber bien por dónde empezar. No era su estilo dejarse lleva
sin poder evitar que su voz temblara ligeramente. Quería ser directo, pero las palabras pare
olo atenta, como si estuviera esperando que él tomara la iniciativa de dar el siguiente paso. Había algo e
fé sobre la mesa. Su tono era suave, pero había una claridad en sus palabras que hizo
a negar lo que sentía. Desde que la había conocido, había algo que lo atraía hacia ella de una manera inconfundible. Hab
ire de sus pulmones. - Me siento tan... atraído por ti, Camila. Y no solo física
ción en su rostro. No era una sonrisa de simple diver
mismo. Pero sé que esto no es fácil, Daniel. Estamos hablando de que soy l
palabras de Camila. La relación con Isabella no era solo un asunto personal, sino también profesional. Su futuro estaba atado al
hacerte daño. Y no quiero perder lo que tengo con Isabella. Pero la verdad es
aba, evaluando sus palabras, sopesando las implicaciones de lo que acababa de decir. De
e estamos hablando no es algo sencillo. Pero, por alguna razón, siento que esto es lo
lo que sentía en ese instante. Había un riesgo evidente en lo que estaban a punto de hacer, pero también había una fu
ue las decía, sabía que no había vuelta atrás. Lo que comenzaba como una simple atracción
inación. No había respuestas fáciles, pero en ese momento, ambos sabían
con Isabella. No podemos seguir viviendo en las sombras, pe
z en mucho tiempo, se sintió más decidido. El futuro no era algo que podía predecir, pero al menos ahora sabía que tenía que s