El juego De Dios [BL]
abía cambiado. Algo que no comprendía del todo. El cazador, el joven que había observado con indiferencia al principio, ahora ocupaba su mente. La s
xperimentado antes. Pero el deseo no se detuvo allí. En lugar de ser un mero capricho, comenzó a hacerse más
o de desentrañar qué había sucedido. Por primera vez en m
mirada no se había dirigido nunca hacia él, cómo sus ojos solo buscaban la supervivencia, la protección
u mente eterna, pero no las halló. No podía compren
algo que el dios no podía prever. Él, que siempre había tenido el control de
ión, el dios cerró los ojos. Había algo nuevo en él, a
sus ojos solo había un objetivo, y no podía permitirse distracciones. Había escuchado los gritos de su madre y su hermana e
ían de las sombras. No importaba cuántas veces caía, se levanta
o de la primera puerta cerrándose. Las criaturas, las mismas que habían invadido la ciudad, seguían atacando, pero con un orden extraño. C
de la primera puerta seguían persiguién
gritos que había oído, a la esperanza de encontrarlas, de sacarlas de allí. No tenía tiempo de pensar en el or
no había ningún lugar seguro. Solo escombros y el rugido de más monstruos. De repente, las criaturas de la prim
su hogar. De repente, vio algo. La silueta de una figura conocida en el borde de los escomb
perder má
eno de obstáculos. Bestias emergían de las sombras, su rugido cortando el aire
l deseo de proteger, crecía en su interior
rior, en su conciencia, se agitaba. Y aunque no podía comprenderlo, no podía dejar de sentirlo.
puestas. Pero la verdad era que no las tenía. A lo lejos, observó cómo el joven cazador se enfr
o al menos algo parecía claro: el ju