Embarazada de Trillizos por un Contrato
io la invadía. Sin embargo, su vecina, Marta, se convirtió en un ángel guardián. Con su experiencia como madre de dos hijos, Marta se ofrec
mportante, dándole ánimos cuando la desesperación comenzaba a apoderarse de ella. La amistad que se forjó e
erta. Al principio, pensó que podría ser Marta, pero cuando se acercó y abrió, se quedó estupefacta. En la entrada había v
reguntó Ana, confundi
a resonó detrás de ella. Era **Dominic**. -Ana, no te p
a conversación, y ahora, ahí estaba, reclamando su derecho a estar presente en la v
s hombres en la puerta. -¿Son los regalos? -
n la sala de estar. Ana se quedó paralizada, sin saber si debía estar agrade
ó Ana, con una mezcla de i
seriedad. -Quiero estar aquí para mis hijos, Ana. He traído algunos regalos p
ic quisiera involucrarse, pero por otro lado, no podía olvidar el dolor que había causado. -No puedes simplemente aparece
te de esto. He estado reflexionando sobre mis decisiones y quiero enmendar mis errores. Quie
parte de la vida de sus hijos era abrumadora. No sabía si podía confiar
ganarte mi confianza y demostrar que realmente quieres estar aquí para ellos -respo
or la oportunidad. -Lo haré,
jas. Había juguetes, ropa y artículos para bebés que seguramente habían costado una fortuna. La generosidad
ue era momento de presentar a Dominic a sus hijos. Con un po
-dijo, su voz t
a su hija por primera vez. -Es hermosa, Ana. Es realmente
cuenta de que, aunque la situación era compleja, había algo poderoso en el hecho d
untó Dominic, con una mezc
contra su pecho. -Hola, pequeño -dijo, con una voz suave y llena de ternura. Luego, hizo l
cultades, algo dentro de ella anhelaba que esta nueva realidad pudiera funcionar. Qui
los bebés, a preparar comidas y a hacer todo lo posible para demostrar que estaba comprometido a s
que pasaba, el amor por sus hijos crecía, y aunque el futuro seguía siendo incierto, había una chispa de esperan