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Matrimonio Por Un Contrato

Capítulo 2 Un Encuentro Inesperado

Palabras:1213    |    Actualizado en: 20/01/2025

a un multimillonario. Era pequeña, acogedora, y decorada con un toque bohemio que probablemente habría resultado atractiv

la era la candidata ideal. Era todo lo opuesto a las mujeres que solían rodearlo. Con su cabello castaño recogido de manera descuidada y un bolso de tela colgado al hombr

, se detuvo. Sus ojos verdes se estrecharon en una mezcl

o Emily, sentándose frente a é

su incomodidad evidente, mantenía su expresión impasible. Era un hombre acostumbrado

ectamente. -Me dijeron que querías hablar de u

ncluso para él, la situación era delicada

dijo con calma, observándola cuid

si pensara que era una broma. Pero cuando vio la s

acia atrás. Su expresión era una

carlo. Es un acuerdo estrictamente profesio

lo que acababa de escuchar. -¿Por qué yo? -

cuestionaran. -Porque, según tengo entendido, tú también necesitas algo.

rrados, claramente molesta. -¿Qué

a escuchar esta propuesta. No vine aquí a menospreciarte, señorita

ro, relajó ligeramente su postura. -Bien. Hablemos de

tu galería y te proporcionaré una cantidad adicional suficiente

ja. -¿Y tú? ¿Qué ga

financiero-. Hay una cláusula en el testamento de mi abuelo que exige que me c

cumplir con esa cláusula. -Emily negó con la cabeza, co

ante-. Sería un contrato por un año. Cumpliríamos con los

rocesaba sus palabras. Finalmente, se incl

rque estoy segura de que un hombre c

condiciones. Este matrimonio sería estrictamente profesional. No habría intimidad, ni expectativas emocionales

sa seca. -¿Ni siquiera pu

ó una ligera carcajada. -No soy un hombre de artes, pero

to, tratando de leerlo. Final

aún tengo preguntas. ¿Qué pasa si alguien descu

urarme de que este acuerdo sea completamente discreto. Y si alguien sospechar

s. Estaba claro que la oferta la intrigaba, pero tambi

mpo para

que necesites. Pero recuerda que el plazo se agota. Si decides ac

lso. -Gracias por el café. Fue...

desconcertaba. Era directa, honesta, y no parecía impresionada por s

*

da de lienzos inacabados, con un té olvidado enfriándose en la mesa. Clara, su mejor amiga, había

l sofá-. ¿De verdad estás considerando casarte

ción tengo? Si no consigo el dinero, la ga

ero un matrimonio falso... ¿N

to. -Emily suspiró, enterrando la cara entre las manos-. Y

suave, dijo: -Tienes razón, Em. Pero asegúrate de qu

no era sólo una solución fácil. Era un compromi

*

do a sus abogados. Mientras leía, no podía dejar de pensar en Emily. Había algo en ella que lo hacía dudar de su

del todo. Tal vez era anticipación. O tal vez, pensó mientras apagab

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