icon 0
icon Recargar
rightIcon
icon Historia
rightIcon
icon Salir
rightIcon
icon Instalar APP
rightIcon

LA ESPOSA DE MI HERMANO

Capítulo 2 Cambridge

Palabras:2165    |    Actualizado en: 03/02/2025

el cual distraerse. Solo su propia mente, el peso de la noticia y la incertidumbre de lo que encont

difícil que era todo, pero sin pedir ayuda. Henry nunca pedía ayuda. Tal vez si lo hubiera hecho... No. William sacud

igote bien cuidado y un abrigo grueso se sentó frente a él. Le dirigió una breve mirada a William y luego sacó

tación lo recibió con murmullos de gente, silbatos y el sonido de maletas siendo arrastradas. Willi

d se hacía evidente. Edificios de piedra, estudiantes caminando apresurados con libros bajo el brazo, comerciantes

aya tenido que ser de esta manera. Se queda viendo un edificio gigante en donde varias familias viven y se p

e lo agradecería -William ve a una mujer ya bastante mayor y asiente, agarra las bolsas

a, a mi hermano

¿Quién

de golpe, mira a William sorprendida

acudiendo la cabeza con pesa

taba la forma en que la mujer lo miraba, como si

ó con firmeza

reanudo la marcha c

con el alcohol y bueno, ya sabrás que con las apuestas también. -A William le habría gustado decirle que no sabía nada de eso, pero no pudo, solo sintió como el peso de las acciones de su hermano recaen sobre él. -Cuando él no estaba en ese estado era u

y la mujer señaló una pu

. No la presiones demasiado

as junto a la puerta

aci

rada comprensiva antes de de

quedó quieto unos segundos, ajustándose la chaqueta, tratando de en

ocó la puerta

haran pasos al otro lado. La puerta se abrió

pálido, sus ojos hinchados de tanto llorar. Su cabello, que siempre había sido arreglado con esmero, a

susurro, y en sus ojos brilló un

mo si estuviera tratando de convencerse de que William realmente estaba allí. Finalmente, soltó un suspiro tembloroso y dio un paso a

dos en un rincón, y una manta doblada sobre un sillón sugería que Charlotte no había dormido

r -dijo Charlotte

a, no en estas circunstancias. Miró a su alrededor con

n los niños

los brazos, abrazándose a sí mis

a ella con cuidado y la sentó en un viejo banco. -Tom vio a Henry, su padre, muerto. -La mujer rompió en llanto. -Estaba por ir a dejarlo a la e

el niño. Se pasó una mano por la cara, tratando de encontrar palabras, pero no las hall

ahora? -preguntó

aferra a mí todo el tiempo, como si tu

el niño, pero en ese momento, no tenía idea de qué. Sintió un nudo en

ue pueda -

gratitud que hizo que Wi

si necesitara hacer algo tangible para lid

ragó saliva

n algo de tiempo para juntar

cerró lo

tendrá una sepultura di

ó con sorpresa,

a un niño de cabello castaño y ojos verdes, Tom, el hijo mayor de Henry, de pie en el

se acercó al muchacho y estiró su mano, dejando v

a tenso, listo para salir corriendo si hacía falta. Charlotte se levantó y

iam -le explicó Ch

al suelo y murmuró

re -intervino William. Sabía qu

incertidumbre. Después, sin decir una palabra

tristeza y se llevó

sien

lera por donde el niño había desaparecido. Tom necesitaba

la vecina. - asintió con un leve te

que venir s

erlo. Soy

as. William mantenía la vista al frente, pero de vez en cuando desviaba la mirada hacia Charlotte. Sus la

e cualquier palabra de c

bordes de su abrigo, como si quisiera protegerse del frío y de la realidad qu

tió un nudo en la garganta, pero no apartó la vista. William observó a su hermano

ndo a William, lo conoce muy poco, pero lo suficiente pa

tros padres y abuelos. -William miro a la mujer de su hermano, indef

ló temblo

pobre Charlotte

manera económica estando casada, con hijos y hasta estando embarazada, nadie quiere contratar a una esposa, tampoco a una madre, mejor dicho, nadie quiere trabajar con una mujer a

sí misma, como si tratara de proteger

No tengo dinero para un velatorio aquí, apenas tengo para aliment

-afirmó sin dudar-. No quier

n los ojos brillante

o, William. Ya has hecho demasiado

Charlotte entendió todo lo que implicaban y el sentimiento de tener que hac

qué hacerlo. Pero, al mismo tiempo, sintió un profundo alivio al saber que no

El camino de regreso fue más pesado. Charlotte caminaba con los hombros

n la puerta. Vestían con sobriedad, pero había algo en su postura que pon

ntó William, aunque y

paso al frente y sacó un s

discutir las deudas de su difunto esp

una oleada de rabia, pero la contuvo. Sabía que

Obtenga su bonus en la App

Abrir