LAS SALVATORE

colaban por el escote de su pecho, me encantó sentir sus

amasar sus muy firmes y redondos pechos. Bajé mis besos por su escote para llevar mi

ue fue aumentando su placer y por ende sus gemidos. Le di toda la atención que sus pechos querían, luego bajé mis besos por su perfecto cuerpo, me detuve para

mí me levante y la observe detalladamente vi como sus mejillas se ponían sonrojadas. Pero lo más sorprendente es que ella no se intimidó, sino que me miró con esa maldita suficiencia que suele tener, en su mirada había una afirmación, esa era ¡sé que soy hermosa

ricia y mordida, despertaba sensaciones cada vez más fuertes, n

s di toda mi atención, mientras una de

que continúe principe

desde su cuello hasta sus pies, los cuales besé después abrí sus piernas y comencé a subir dejando pequeños mordiscos en mi camino

ella se retorcía de placer y se aferraba a las sábanas, luego d

he hecho en mi vida, las sensaciones me desbordaban, él succionaba y lamía mi coño como si fuera

mis dedos en su apretado centro y ella tuvo un orgasmo más fuerte, me separé para quitarme el bóxer frote mi miembro que estaba empapado de líquido preseminal todo esto bajo su atenta mirada. Ella me observaba con lujuria y con esa maldita seguridad, ¿cóm

los mientras me abría paso dentro de su coño. Pero nada en mi jodida vida me preparo para esto, al tratar de entrar encontré una barrera,

oder, es

, porque tenía un par de lágrimas que no fueron derramadas, eso me hizo darme cuenta de que su orgullo era más grande que

tomé sus caderas fuertemente y perdí el control, sus gemidos se mezclaban con mis maldiciones y el so

amente seductor, no entiendo por qué hablo en español cuando se acercó en el baño. Él coloca mis piernas en su hombro y su

Comencé a jugar un poco subiendo y bajando el ritmo hasta hacerla enloquece

o en italiano, primero que estaba en la gloria y luego que moriría feliz y me

periencia de mi vida - ¡ya sé que soy perfecta, no necesito que me

princesa sonrió y me acuesto para guiarla a mi pecho,

rmoso rostro, ¡tu belleza es de otro mundo! -

che, estoy seguro de que ahora están m