Nos volveremos a encontrar
preguntó, mark a donde vamos ya llevamos mucho tiempo y aún no hemos llegado, cerró la computadora la hizo a un lado volteó para mirarla y la abrazo con fuerza, puso sus labio sobre las de ella susur
ando inmediatamente subió el cristal para
n llegaron a la hacienda, los dos bajaron del auto en la entrada los esperaba las empleados, la señora Marta los saludos le indico que todo ya estaba listo, los condujo hacia adentro subiendo las escaleras melisa estaba sorprendida de lo bonito que
aba en la recámara, algunas veces salía a caminar, perdida en sus pensamientos de repente tuvo la idea de invitarlo a salir bajo corriendo las esc
bir las escaleras sin darse cuenta que corrían sus lagrimas por sus mejias, al entrar el la recamara se tumbó en la cama, sentía un dolor en el corazón, como pu
uevamente melisa no pudo evitar llorar, al entrar la noche mark subió a la recamara para verla, le preguntó a marta donde estaba y le informo que todo el día estuvo encerrada en su cuarto, al entrar no la encontró de repente escuchó voces que provenían del baño al abri
a besarla pero la imagen en la mente de melisa de Mark y aquella mujer la hizo hacerlo a un lado y salió del baño para vestirse dejándolo parado ahí solo, mirando su cara de enojo ella le dijo que acaso no h
estro es un convenio mutuo y espero que así se quede, al escuchar lo que ella decía se enojó tanto y la giró para que lo mirara, por que dices eso acaso no piensas que soy un buen hombre como para poder enamorarte de mi o acaso creer qu
a él tocaba su lindo cabello castaño mirando a la mujer junto a el no sabía realmente que sentía, su corazón aún frío recordando el día en que aquella mujer rompió su corazón, de repente escucho la voz de melisa, mark realmente que so
a no existe el amor para una mujer y mucho menos una como tu, desde el principio te dije la situación de esta relación y no
unos ruidos que provenían de la recamara de alado pensando que ya había vuelto y por no querer despertarla se quedó en el cuarto de alado, salió de la habitación para dirigirse a la habitacion de alado, al ab
vuelta y cerró, parada al lado de la puerta su mente estaba en blanco inconsciente camino hasta la recamara aún no terminaba de asimilar lo que había pasado pero en esta ocasión no lloro, trato de entender su situación y no valía la pena llorar por algo que nunca a existido, tumbada
ondiciones para estar contigo cuando tu has querido he sido como un mueble que ha estado a tu disposición cuando has querido, se que realmente no sientes nada por mi, pero cuando más lo pienso más convencida estoy, ahora te digo que ya es hora de que cada quien siga co