Falso acuerdo con el millonario
li
ía repetir la pre
tamente: "Te pregunté si podías pensar en alguna ocasión en la que tuvi
on la mente en
entrar en esto, y luego ver
ntes ojos azules no son retocados con Photoshop. Y aunque está sentado, es fácil ver que, debajo de su camisa, que pr
e ajuste a su traje, sin duda hecho a medid
con un extraño. La idea me revuelve el estómago. Mi bebé, aunque esté en buenas ma
ra expectante. Abro la boca deseando q
io se rompe con el p
mientras busco en cada bolsillo pa
h, Dios mío, ¿y si ha pasado algo? ¿Y si hay algo malo con mi bebé? Tal vez por eso me estaba preocupando, porque estaba teni
algo pasara por no est
te que cualquiera de estas personas, así que respiro entrecortadamente, me
de la habitación. Mientras lo hago, noto que Ryan niega con
que me gustara que me convirtieran
zada y sin compromiso. Da igual. Estoy comprometida con una cosa, y no son los capric
ás silenciosamente que puedo. "¿Qué pasó?
nsé que agradecerías que te contara cómo le va hoy. Se está portando muy b
todo, esto fue solo el último clavo en el ataúd de esta entrevista. Inc
lutamente penetrantes, mirándome como si estuviera tratando de ver directamente en mi interior. La
r avisarme. Estaba p
lta -dice Romina-.
zar a entablar el tipo de conversación que se tiene con viejos amigos, no con alguien que es básicamente una n
teléfono durante una hora contándote anécdotas tiernas sobre niños que conoció alguna vez, o cómo esto le recordaba a aquello, o lo dulce que es Gem
a. Me siento un poco mal, pero cuelgo ant
n y el equipo y les dedico la mejor sonrisa que puedo.
n alta como puedo. Si me voy a caer, cosa que sin duda
Creo que has dejado muy claras cuáles son tus prioridades, y creo que descubrirás que también está
mi nombre, pero el rechazo todavía me duele. Cuando salgo de la habitación, lo oigo hablar
í me afecte. Nunca más lo volveré a ver. Me dejó perfectamente claro q
anta baja y me lleva a la salida como si pensara que estoy a
ellos. Pero nunca volveré a verlos, así que causar problemas ahora pare
ar para abraza
a forzada. Señala la puerta y yo entiendo la indirec
cogiéndome de h
camina de regreso hacia el ascensor, presionando con un dedo perfectamente cuidado el
en desgracia. Me avergüenza lo mal que me fue, pero supong
que Gema estará bien sin mí, al menos por un r
os ya me saqué de encima la entrevista más embarazosa. A parti
o, pero por ahora, todo está bien, solo ella y yo. Y cuando crezca, entenderá por qué tuve que dejarla. Tendrá todo lo que pue
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