Padre soltero busca niñera
a
sola idea de encontrarme con una desconocida sin rostro con el que había chateado en
es de Britanny. Pensé en todas las sonrisas y risas que me había arrancado. P
te familiar me haría sentir a gusto. Estaba un poco nervioso, no solo porque Britanny Olsen podría no ser quien decía ser, sino porque la última vez que tuve
dado mi apellido cuando hice la reserva por temor a que
eta. Luego sonrió y dijo: "La ot
mío. Tal vez debería haber practicado algunas técnicas para romper el hielo o algo así. Ese pensamiento me hizo resoplar por dentro.
elegido otro lugar para reunirme. Britanny podría interpretar demasiado esta atmósfer
mbros y la forma en que tamborileaba con los dedos sobre la mesa indicaban que probablemente estaba nerviosa. Sin embargo, no estaba segura de si era Britanny, porque dos mesas más
í deseara que fuera la misteriosa Britanny. El anfitrión se detuvo en la mesa
ible que me sintiera atraído por la espalda de una mujer... ¿O sí?
mensajes. Era deslumbrante. Sus ojos eran de un cautivador color marrón claro. Lo único con lo que podía compa
vantó y me ofr
brazaba unas deliciosas curvas y, de alguna manera, su personalidad la hacía más grande. Su sonrisa desl
te en persona". Su voz era suave y t
icial que se fija demasiado en la apariencia, pero su belleza era hipnotizante. Britanny era co
dije: "Yo también estoy
por ella físicamente como por su personalidad, algo no cuadraba. Britan
fruncido y confuso porque su son
do bien?"
rsonas parecían más jóvenes de lo que eran en rea
e no hayas tenido
risita nerviosa flotó a nuestro alrededor y luego hizo una mueca de dolor. "No es que llegue tarde habitualme
: "Veo que no soy el ún
ó los ojos como platos-
, relájate". Me había relajado bastante porque, como resultó, Britanny no era una extraterrestre ni una psicópata disfrazada. O a
. "Es un lugar muy lindo. Nu
enudo. La comid
us dientes volvieron a castigar su labio inferi
ría demasiado ansioso, considerando que había estado fuera d
muy nerviosa. Nunca había ido a una ci
También es mi primera cita a ciegas. Tenía el mismo miedo. Y, en serio, no te preocupes por la cena. -Nunca i
ó aún más la tensión. Sus hombros se relajaron. "Está bi
y le dije: "No me has de
nción hacia ellos, y su rubor se intensif
cho de que pareciera haber una atracción mutua. Se acercó una