Entre el amor y el poder

a, y cada minuto sin respuestas era una victoria para su enemigo invisible. La alianza entre ambos avanzaba con dificultad, per

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ior con Alejandro le había dejado un sabor agridulce. A pesar de su resentimiento hacia él, no podía negar que el

Ana, entrando apresura

, su atención completamen

encont

las actividades en las cuentas bancarias sospechosas. Hay un pa

runció

uié

dido hace dos años por un supuesto fraude inte

tamente, procesan

ndro sa

é que deberías ser l

este Arturo Herrera y envíamelo. Si es nuestro

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importantes. Gabriel había llegado con un informe que parecía conec

documento sobre su escritorio-. Hay una conexión directa en

tó una ceja, to

ipo de

e un conocimiento profundo de ambas empresas. No solo de su

o frunci

os lidiando con un simple i

el as

e destaca en todo e

cia adelante, su interé

í hace años. Pensé q

igaciones, tiene conexiones con un grupo de inver

nto, considerando las implicaciones. Final

enemos qu

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enos probable que fueran reconocidos. Lucía llegó primero, luciendo elegante pero con una

Lucía sin preámbulos, mi

ado al mismo nombre -respondió Alejandro, ab

os papeles y lo exa

o no sabía que tenía conexiones con inv

parecen estar relacionadas contigo -replicó Alejandro-. Es

nto sobre la mesa, s

sugi

ombras. Si queremos sacarlo a la l

reguntó Lucía, a

cometer un error. Y para eso, tenemos

ncio, evaluando sus pala

si esto falla, no

sonrió l

esp

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gociación que involucrara información crítica sobre sus respectivas empresas. La idea era difundir esta "oportunidad" a travé

plan. A pesar de su rivalidad, ambos demostraron una sincronización sorprenden

pausa, mientras revisaba los documentos-. Nunca im

o rió su

que confiaría en ti,

Había algo en la sinceridad de

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lantados comenzaron a extenderse, y pronto las primeras señales de activ

alla con emoción-. Está intentando acc

-preguntó Lucía, ac

iempo. No podemos asusta

ina de Alejandro, Gabriel

ección IP que coincide con los registro

asintió, s

toreo. No lo pi

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a Herrera. Su paradero estaba en un almacén abandonado en las afueras de

mpañados de un pequeño equipo de seguridad. Era un riesgo,

des turbias que habían tenido lugar allí. Cuando llegaron, encontraron a Herrera frent

-dijo Alejandro, cruzando los brazo

mpostura, pero estaba claro qu

o aquí? Esto es una

ervino Lucía, su voz afilada como una navaja-

l, intentando sonar desafia

nte, acercándose lo suf

robarlo. Y cré

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situación. Bajo la presión de ambos, finalmente comenzó a hablar, revelando detalles sobr

-. Dicen que ustedes tienen demasiado poder, que contro

Aunque habían obtenido respuestas, las piez

s? -preguntó Aleja

, pero finalme

co con un intermediario.

que habían dado un paso crucial. Con Herrera bajo custodia, s

rminar, pero al menos había