Entre el amor y el poder
les de las copas de champán que sostenían los asistentes. La élite empresarial de la ciudad estaba reunid
ajustado resaltaba su silueta y se movía con cada paso decidido. Era la imagen de una mujer que sabía lo
r, su director de marketi
ra? -preguntó, ignorand
zmán parece interesado en nuestra propuesta, pero... -Javier bajó la voz
. Alejandro Valverde siempre estaba un paso a
vier. Me enc
arios, con su inconfundible porte. Su traje azul marino impecable parecía diseñado para resaltar su auto
ruzó el salón hacia él. Alejandro, al verla acercarse, inclinó
podía derretir hasta el hielo más resi
sorprende, Alejandro
na pequeña risa,
e lista para defender
omo para que solo ellos dos pud
ue sé cómo gobernarlo. ¿Y tú? ¿Est
de lo que me
dejó que se notara. Alejandro tenía esa capacidad única de mezclar desafío con a
ejandro, puedo agendarte una reunión. Pero dudo
sta vez más
ecta. Me gusta e
vantó u
blar de lo que te gusta,
estuviera demasiado cerca. Luego, se inclinó hacia ella,
o una
isa seca y dio un
es saboteando mis contrato
muy fuerte. Digamos que
-repitió ella
rás, como si quisiera da
que juntos podríamos lograr más de lo
iró con in
es que voy a ca
ropuesta. Podríamos ganar esta gue
ó con la
ro. Solo una competencia, y déj
aneció por un momento, pero ráp
que tendré que demo
retiró, dejando a Lucía con
_____
l rostro de Alejandro seguía rondando en su mente. Había algo en su propuest
interrumpió sus pensamien
, esto acaba de l
bido esa misma mañana, sin remitente, pero con el sello dorado de V
Tal vez aún no veas el panorama completo, pero p
do cómo la irritación subía por su pecho. Alejan
preguntó Ana, notando l
as. Puedes
a sobre el escritorio. No iba a permitir que Alejandro tomara el
_____
La reunión en el Savoy había salido exactamente como esperaba. Lucía era predecible en su fuerza, y eso era lo que
vés del intercomunicador-, el infor
de inm
contrato, cada detalle sobre la compañía de Lucía estaba ahí. Pero no era sufic
éfono y mar
dí. Necesito resp
a era una oponente formidable, pero lo que aún no sabía era hasta dónde estaba d