icon 0
icon Recargar
rightIcon
icon Historia
rightIcon
icon Salir
rightIcon
icon Instalar APP
rightIcon

Me enamore de ti en un momento

Capítulo 4 Sombras de las obligaciones

Palabras:1098    |    Actualizado en: 25/12/2024

de los coches, las tiendas de lujo y la multitud elegante que pasaba a su alrededor formaban una imagen que Liliana, acostumbrada a vivir en California en un entorno de op

no lograba comprender. Su padre había sido tajante: "Es la reputación de la familia. No puedes faltar." Pero nunca explicó qué significaba esa subasta ni por qué Lil

tar primero? -preguntó Valeria,

s que Liliana sentía tan intensamente. Tal vez porque sus padres, al igual que los de Liliana, también eran personas influyentes, pero Val

jar la tensión en su voz-. Solo... no sé si me apetece c

que algo no estaba bien. Pero, en lugar de insistir,

mar un café y relajarnos un poc

mpletamente lo que pasaba en su vida, era evidente que su amiga quería ayudarla. Quizá eso era lo que má

os-. Es solo que... mis padres me obligaron a ir a esa subasta. No me dieron razón alguna, s

iéndose unos segundos mientras pensaba

a tan independiente, se sintiera forzada a hacer algo por otros-. ¿No puedes hablar co

ando hacia un pequeño café. La ciudad se deslizaba a su a

ntiendo la magnitud de las cosas. Y que debo "hacer lo que se espera de mí". -Liliana se detuvo un momento, sint

o difícil que podía ser vivir bajo la sombra de las expectativas familiares, pero también sabía q

ién he pasado por algo similar, aunque no de la misma manera. Pero lo importante es

da. ¿Por qué su familia la estaba empujando hacia esa subasta sin explicación? ¿Qué había detrás de todo es

llicio de la ciudad parecía estar tan distante de ella como si todo estuviera sucediendo en otro lugar. A pesar de estar rodeada de lujo y eleganc

ían en las próximas semanas, sobre las fiestas de gala y las aperturas de tiendas que Valeria tenía en su agenda. Pero Liliana no podía concentr

ás, pero Liliana notaba que su mente seguía completamente atrapada en la imagen de la su

ción para ellas. Pero esta vez, Liliana no tenía ganas de mirar ropa. No importaba cuán lujosa fuera, no importaba cuán perfecta fuera cada pre

empre le habían gustado. Pero Liliana apenas levantó la mirada. Se sentó en un banco

de estar atrapada seguía creciendo, y aunque Valeria hablaba y reía, Liliana no podía dejar de pensar en lo que

Obtenga su bonus en la App

Abrir