El hijo del CEO
olocado porque le parecía bellísima, pero su interacción con ella fue espantosa. Era igual al padre, igual de mentirosa y embustera. Un día la aco
y en un descuido, se guardó mucho de ellos después de probarlos en el sostén quitándo
n de vos, porque, ¿dónde te metes las cosas? Así les demostrás que no tenés nada e
tados de lo normal y unos tacones altos de color rojo. El maquillaje era sutil, apenas una sombra con glitter, y los labios cereza; en verdad no necesitaba demasiado para llamar la atención, observaba cómo tanto las mujeres y los hombres se quedaban boquiabiert
evuelva lo que se rob
a comisura de su labio. Después río
ada porque no le robé nada, ¿usted
e de cierta manera. Todos conocían a Kass, en todas las clases porque él se encargaba de la distribució
aún así insistió-. Lucky observaba todo como un espectador, no sabía qué contestar o decir. El ofic
. -chasqueó los dedos. Aphrodite acortó la distancia entre el oficial y ella, con los dedos de su mano derecha subió hasta el pecho de él, y tomó la placa donde decía el nombre: -
sintió, no podía llevarle la contraria. Era encantadora y adictiva. Rió para sus adentros. Aphrodite fue más allá, levantó apenas el vestido para bajarse la ropa interior y mostrarsela al oficial, era de encaje y negra. - ¿Lo ve? No tengo nada, a menos que quiera que también me saque el sostén. Tanto la empleada como el oficial negaron rotun
a usted, Aphrodite. -concluyó
Lucky. A veces un poquito de adrenalina y faltar a las leyes no le hacía mal; se se
, le regalo esto. -hizo que le cobre unos aretes dorados, los últimos en moda, y se los entregó.
as de crédito para sí sola hace un tiempo atrás ya que su padre no podía estar con ella continuamente. Una vez sa
, ¿para qué servía la adolescencia si no era para explorar o experimentar diversas cosas? Después de toser un poco, tomó la práctica necesaria para terminar uno. Se notaba que ella estaba acostumbrada a hacerlo, y gracias a Aphrodite,
r público. Aphrodite le había dicho que estaba dentro de su "wishlist", y Lucky lo gozó tanto, cerró sus ojos y la tomó del cabello acariciándolo apenas mientras ella continuaba y se oían breves gemidos, breves suspiros. Sólo tuvo que cerr
mo Henry que lo instaba a bajar porque habían venido algunos clientes. - Tenés que firmar al