Cállate y dame un hijo
eves -informa mi padre
rla en el aeropuerto
-interviene Jairo, com
? -cuestiono y lo rep
speta, sé que me está restregando en la cara su perfecta vida de padr
madre como siempre, salió
venir cansada después de un largo viaje y
nte todo, eres la abuela que e
salga a mi rescate. Pero una vez más, prefiere no llevar
inado la reunión
se apodera
ta Jairo decidió asistir. Con sus miradas puestas en mí, deciden sacar la conclusión que era tan obv
Le ha ido mal, Alessandro no ha aceptado la asociación. ¿Para qué necesitar
adre, lo veo abrir l
a pasada -dice-, me comentó que persuadiría
ente, como hermana mayor intercedía cuando todos me atacaban y eso me daba consuelo, pero desde que se casó y tuv
lta un suspiro de cansancio-. Por eso te dijimos que no arriesgaras todo en la empresa, una empresa de publicidad y programaci
re-. Ya vendrán mejores socios. -Me observa con mirada de consuelo-. Además, ya
puedo volver a comer de
niños nunca se llevaron bien -acepta mi ma
tentó asesinarlo -suel
pares ya -espeto y le do
ccidente -acl
ando sabe perfectamente que ese niño no sabe nadar? -Voltea a verme-. Ay, Penélope, es
jos en blan
ocho años y eso fue un p
el señor Bacheli amigo íntimo de mi padre, no pudo negarle la invitación y tuve que ver a Alessandro todo el día coqueteando con mis amigas, pues porque claro, como
oportunidad lo empujé a la
y le hacía mala cara. En el colegio lo molestaba cada vez que podía y hasta una vez le aventé
lo que sí sé es que ahora de adultos, cuando me ve su mirada es fría y
re que más me fascina es Alessandro y s
¿qué has pensado de tu v
ué? -cuestion
-, este mes cumples treinta, ¿pie
ironía-, no es como que tenga muchas opciones
observa casi como con lástima. Puedo aceptar esas mirad
dero de los Bacheli podría hacer que al crecer se enamoraran -suelta mi madre m
e un acciden
n el título de solterona. Jove