EL CALOR DE SU PIEL
que acaba de realizarnos. Mi misión inicial era cobrar el dinero que nos adeudaba por el servicio prestado, pero
e la sangre que empieza a secarse en su cuerpo. Este cuarto sujeto fue más cooperativo que los anteriores
a, pero no. Así que hago que le cubran los ojos y lo saquen de aquí. Subo las escaleras lentamen
darme un baño. La espuma que se forma al bañarme se tiñe ligeramente de rosa por
como vine al mundo, saco una lata de cerveza del refrigerador y me acomodo en la hamaca. Mis hombres sa
siempre estoy solo. Podría decirse que este es mi refugio. Por eso diseñé aquí un espacio especial, oculto bajo la
o tengo escapatoria. Ese fue mi compromiso con el abuelo para mantener a Noah se
vo el gran ventanal y el extenso paisaje verde, despidiéndome de ell
nal, mi mirada se pierde en el vasto paisaje verde que se extiende más allá de la hacienda
icaciones caerán como una tormenta, arrastrándome de nuevo a las responsabilidades que, inevitablemente, me mantendrán oc
buelo, y
hombre de negocios, Juan Armando Pizanno, fundado
¿Fue complicado?
e no voy a darle respuestas c
a situación y le estoy cubriendo la espalda. Tranquilo. Y
ptible se cuela a través de la lín
no implica, en absoluto, una traición. Si él decide quedarse atrapado en este trabajo i
o cuídalo y, si necesitan que intervenga,
í s
. Confío en las habilidades de Alexander; es tan inteligente como Noah. Sin embargo, el constante influjo del abuelo h
nsaje de voz. No puedo evitar reír al escuchar su tono casi meloso.
da apenas termino de
aquí. Mañana iré a saludar al abuelo y, o
na nos vemo
llí. Tenemos pequeños faltantes en las "mercancías especiales exportadas", y necesito encontrar rápidamente a la rata interna que los está ca
vuelto
que la información ya debe estar en manos del abuelo. Lo más seguro es que Roberto, con su lealtad ciega, le haya i
el sentido común de proteger a Alexander también del abuelo. Ahora es inevitable
iempre tengo a la mano. Marco el número de Noah y escucho los pitidos del
a, N
︶︶︶︶
or y servirme un buen trago. El timbre de mi apartamento interrumpe el silencio, y una sonrisa se dibuja en mis labios. A esta hora, solo una per
isa que podría desarmar a cualquiera. Sus dedos se deslizan con del
staba la lencería
n su figura con descaro, deteniéndose en la piel ligeramente bronceada que el abrigo comienza a revelar
ías -murmuro, relamiéndome los labi
de un suspiro. Mis pensamientos se desvanecen, y todo lo
UERIDO
e manera simultánea a ADICTA A SUS BESOS (la historia de
ulos de ADICTA A SUS BESOS para entender la trama de fondo de esta historia