Promesa Sellada

de Emma. Había descubierto el piano por accidente esa mañana, mientras exploraba la mansión una vez más, y sin pensarlo dos veces, se sentó frente a las teclas. Era uno de

ta, observándola en silencio. Emma sintió el peso de su mirada, pero decidió no detenerse, continuando con la melodía.

piano -comentó Alexande

su extraña conversación en el jardín, había algo diferente en el aire, pero no logra

pondió con simplicidad

ue hacía difícil saber si realmente estaba imp

l silencio entre ellos se alargó, ha

ecesitam

ía una conversación agradable. Se levantó lentamente del banco del piano y lo siguió hasta el salón, donde

er, apoyando los codos sobre las rodillas y entrelazando las man

a qué se refería, pero las palabras "algo que deb

ría un matrimonio convencional. Sabías que habría reglas. Pero hay

ño, sentándose más

ntando que su voz no delata

. Ha estado muy enfermo. No le queda mucho tiempo, y para él, este matrimonio significa alg

mones lentamente. Había algo en las palabr

s diciendo

, sus ojos oscuros con una int

eredero, Emma. Espera

do el tiempo había asumido que su matrimonio con Alexander sería temporal, un acuerdo que se desm

e incredulidad-. Alexander, eso no esta

ntrato porque no creí que fuera necesario. Mi padre

bitación parecía encogerse a su alrededor. Todo lo que pensaba sob

u frustración-. No puedo... no puedo simplemente tener un hijo

onente frente a ella. Pero su tono seguía siend

ro que sepas que es lo que mi padre espera. Y aunque no está en el

umulándose en sus sienes. No sabía qué decir. Esto no era p

ente, su voz baja, casi como si n

te, suspiró y se acercó a ella, tomando una distancia lo suficientemente cercan

uego. Este matrimonio siempre fue un acuerdo, y este es solo otro aspecto de ese acuerdo. Pero si decides que no es algo q

pecho. Emma estaba atrapada entre dos realidades: la promesa de libertad que

ensar -murmuró, sintien

der as

ltimo vistazo antes de gira

manera que nunca antes había sentido. El peso de lo que se le pedía era demasiado, y aunque había aceptado est

sus ojos, y por primera vez desde que se casó