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CAM: ON

Capítulo 3 El inicio

Palabras:1203    |    Actualizado en: 05/03/2021

que transmite vídeo en por utilizando una .​ Es corriente mostrarse desnudo o en ropa interior y comportarse de forma sexualmente pr

a un poquito más, sin embargo no le había contado a nadie de las molestias que percibía, ni siquiera a su progenitora porque el miedo latente de ser señalada con el dedo índice aún la perseguía. En su primer año de la universidad comenzó en el mundo de las cam-girls y aunque el hecho de ser un objeto gráfico no le

del cuarto. La señora que vivía su lado le había regalado un espejito pequeño en forma de corazón como una especie de bienvenida, al cual le garabateó su nombre detrás con fibrón negro; esta mujer vivía sola, vivía con la pesadez de la muerte de su hija mayor y decía que ella se parecía a la muchacha porque también

visitara en el departamento y la pregunta incansable de ¿cómo hacés para pagar esto? Algo que no podía responder. El recuerdo de Eve se fue haciendo lejano, imposible, lo guardó en una cajita mental para que no saliera a flote en días donde podía reflexionar. Sus seguidores eligieron un día especial para los retos, especialmente tod

quellas muchachas que no tenían el dinero suficiente para las cámaras o los disfraces, entonces se le permitía grabar una vez por semana utilizando el lugar. Era gratis, y mientras más seguidores acumulabas, el contenido de lo que te prestaban podría

as, quien se sentó a su lado se llamaba Berry, en realidad todas usaban el seudónimo, de inmediato deseó intercambiar los números con Rose, ésta accedió; la excitación del ambiente realmente dejaba fluir sus sentimientos espontáneos. La edad y el nombre real era parte de las prohibiciones esa noche, aunque Rose podría jurar que no todas pasaban los dieciocho años por más que sus cuerpos contorneados bajo las vestimentas denotaran otra cosa. Después de cierto tiempo, las luces se apagaron completamente y todas quedaron expectantes de lo que sucedería a continuación, hasta que hizo una entrada triunfal un hombre de mediana edad que alzó sus manos para presentarse y

o al espejo para pintarse los labios y agregar un poquito de mascara a sus pestañas, cuando las dos voces adquirieron forma y apenas notaron a Rose empalidecieron, le sonrieron tímidas e hicieron un gestito cómplice que se sobreentendía como un "no digas nada". Efectivamente por más que no se lo hubieran mencionado, tampoco abrir

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