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Pohibido seguir al corazon

Capítulo 2 Uno

Palabras:1418    |    Actualizado en: 23/08/2024

ítu

da tranquila, estructurada, soñando con terminar una maestría, ir a Italia algún día,

igo a mí mismo. "No te acerques demasiado, eres un profesional. No te

o de locura y pasión a tiempo? No d

, debemos ser educados y r

do enamorarse en

res son una figu

entre mis dedos y tratar de contener la hemorragia de su cabeza no era suficiente. Creo que de la impresión me fui desmayando poco a po

tu c

mamá, tú siempre está

ue te alimentes bien -exclamó mi

uerda que soy su cuidador: bañar, cenar, vigilar,

es de semana, solo los ves dos dí

ritas de alivio y sus sonrisas. -Mau hablaba en un tono leve, pero de la nada subi

mientos, como disfrutan cada momento dentr

ién es

dora, tiene un

jo ella en to

a cabeza-. Pues yo diría

do-. Pero me has contado de las mirada

¿y es

é aún más

u cuidador y sobre todo com

-pregunté aún

de soltar toda la presión que les mete esa mujer am

a ella! ¡Por favor! Más

qué? -preguntó c

erla viéndolo de esta forma, a Andrea le ha t

o tienen la culp

an, no solo pone en riesgo su vida, sino la d

ontaron que los grandes se han

han recibido nuevos niños -le dije a m

xa

ca la peor parte: recibirlos y analizarlos a detalle

ines no nos llegan sorpresas, mucho menos niños nuevos -suspiré-. Ay mamá, me quedan veinte minuto

cuando menos lo esperas, esta te reta. ¡Pues hoy no será! Si no ha pas

te cierres a la posibi

gobierno ya le cuesta el trabajo que tiene como para todavía sacrificar su v

dejar un beso en mi mejilla-. ¡Si y

: ella tenía razón y la segunda era una pregunta: ¿Cuándo tendría que afrontarlo? Me bajé del camión, t

aludó, mientr

scuchar la información que Andrea proporcionaba, pero una sensación extraña lo

gaba el cuidador, entregaba, gastab

ndrea. A Andrea no le costó trabajo notar que Mau no seg

u, ¡Mau,

pasó? -pregunt

a de lo que he dic

he escuchado

ada de Juan hay más peleas y sobre todo mucha

laco, mal vestido y hasta desnutrido, pero nunca me imaginé que fuera tan

dijo ella saliendo hacia la calle-. Nos vemo

né a la cocina, dejé mis alimentos en el refrigerador. Mi compañera, Jazz, no había llegado. Me dijo que la cubriera hasta las cinco. Entre la plátic

sti

ios meses en esta zona, pero las cosas comenzaron a ponerse feas y me escapé por segunda vez. Había estado en dos o tres casas más, la verdad no recuerdo. Pero mi padre, un hombre muy poderoso, siempre me sacaba en poco tiempo. Pero en Carmelita ya llevaba un año, y en sus mensajes lo único que hacía era decirme que pronto saldría, y como eso nunca sucedió, decidí to

casa y créeme, Daniel, regresar a Carmelita no es la mejor id

qué casa me integraban. Me muero por saber quién será mi nueva víctima. Ya lo había decidido,

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