El oscuro secreto del CEO
utivada por su mirada penetrante. La luz tenue del ambiente amplificaba el brillo esmeralda de sus pupilas, como si cada d
rgonzada por mi torpeza. Mi preocupación había nublado mi juicio, y apenas me percat
r dónde
me incorporaba, noté que el joven estaba acompañado por otros dos jóvenes que parecían tener aproximadamente su edad. Su
rnal. Sin embargo, los ojos del joven de verdes intensos eran los que realmente me atrapaban. Su mirada parecía contener una
o, aunque aparentemente amable, era distante, y me di cuenta de que su expres
encontraron en un instante cargado de significado. Un escalofrío reco
entras él sonreía ligeramente. Yo le devolví la sonrisa, aunque la complicidad ent
azo hacia atrás, se alejó con sus amigos, desvaneciéndose en la multitud como un destello fugaz en la noche. Su prese
i mente volvía a mi realidad. Mis amigos debían estar bailando, pero al regresar al lugar d
pero en lugar de escuchar su voz, solo oí jadeos a través del teléfono. L
lo que estaba experimentando, pero mi búsqueda resultó infructuosa. Salí por la puerta trasera, con la mente en caos, y me dirigí al esta
s en un beso ardiente, y Stuart, sin reservas, levantaba el vestido de Madeline. La visión de Stuart
mezcla de angustia y rabia, y no podía enfrentarlos, no tenía el valor para confrontar la
solitario se extendía ante mí, siendo un lugar que solía disfrutar durante el día, pero que ahora me parecía amenazant
abía confiado mis dudas sobre Stuart, y ella había minimizado mis preocupaciones, sug
pesadilla despierta, incapaz de encontrar consuelo en el mundo que me rodeaba. Mientras mis pie
convirtieron en un trote frenético y, en un estado de pánico, cerré los ojos con
re los míos. Su toque era ardiente, y sus susurros incomprensibles me hacían sentir aún más vulnerable. Inte
mi ropa con una fuerza brutal. Sus labios se frotaron con desesperación contra los míos
rse, y cada intento de moverme se volvía más inútil. Todo lo que deseaba era despertar de esta pesadill
ir esos ojos, esos ojos verdes que me habían cautivado antes, justo antes de s