El sabor de tu amor
aos. En esa ocasión, reservaron la planta vip de la discoteca de moda. El hermano de Ricardo era uno de los
cuando lo vio llegar acompañado de Rodrigo
fiar en ti -afirmó c
e categoría. Siempre compartieron su pasión p
confiar en ti y que cumpl
ido? -quiso averiguar Rodrigo i
ano, quiere conocer a Patricia. Por
ioterapeuta del hospital y siempre se habían llevado a matar. No soportaba que se metiera con sus supues
mbre tan vulgar y necesitado. Yo de ti me mantendría lejos de
muchas cosas entre ella su orientación sexual. Mejor será que os preparéis par
n Sergio, el residente de primer año, junto con la auxiliar de enfermería, Adriana. El mismo Rodri
reja de t
os besos al aire sin llegar a tocar sus m
Veo que somos
yos, no ha llegado nadie más -afirmó su compañ
sabido que no es muy dado a estas fiestas -avent
eso, ¡fea! Por supuesto que vendrá, estoy
ristina los
éis hablan
rla y, emitiendo un gritito de sati
quí. No sabes lo contento que estoy de tenerte
en una trivial conversación dando la oportunidad a Sergio y Adriana
ra, la directora del hospital, acompañada
, ¡qué bien veros
iendo amablemente ocultando el desagrado que aquellos eventos le causaban. Llevaban casados demasiado tiempo y si seguían junt
un evento tuyo por nada del mundo -objetó
bienvenida a Santiago. ¿Por cierto, ha llegado ya
con dos besos an
ensaje de Julián, dice
de Pascual Montero, el nuevo anestesista, hizo
a ese personaje? -preguntó La dir
epa no aparecía en la lista
ene a pocos centímetros d
r que caminaba junto a Pascual, ella no era
ba levantar sospechas y estaba segura de que relacionarla con él no aportar
Patricia paseando su mirada por el local percatándose de las miradas que tanto la incom
pensaba que habían terminado. No soltaría
nocemos; no obstante, te aseguro que cuando lleve a c
e para saber que eres despreciabl
sus palabras. Después, ignorando la presenci
escapar de allí, la idea de estar rodeado de gente y el bulli
as a obligar a asistir
rá un rato. Además, tarde o temprano t
na... -detuvo su frase a
refiero a ella. ¿A
ta, la coordinadora de enfermería. El nerviosismo
to estábamos a p
a, J
na sonrisa traviesa en su cara. Los rizos de su pelo caían en
sto todavía. Espero que e
al saludo de ella a la vez que
usto al atravesar la puerta, Sant
me he
momento de contar nada. Sus sentimientos hacia Cata no esta
igo. Vamos dentro y divirtámonos
ar esa cara, e
a verla siempre con vaqueros y sudaderas grandes, un estilo
que angelical. Sonrió al recordar cómo se hicieron amigos en el patio del colegio: ella se había enzarzado a puñetazo limpio con una de las niñas de clase cuando esta la llamó Zanahoria. Diana no lo
me miras con esa cara de alelado
ien, en
ccedieron al lugar donde ya ca
darropa, llegaron a la barra y Di
voy a ver si encuentro a
uedarse allí sola. Aun así, pidió un refresco al camarero y se
ño sin él le había servido para darse cuenta de que seguía enamorada sin remedio. Se arrepentía de haberlo engañad
un poco de alcohol, t
itados a la fiesta. Nada se escapaba de su visión, él controlaba todo lo
s la pelirroja que entr
izo la lista de invitados y desde luego no tenía ni idea de quién podía ser aquella misteriosa mujer. Se
o me ha ocultado que tiene una relación. Tú espera
e importaba en aquel momento. Sabía que estaban en el local pues hacía un rato había visto a Julián entrar en los lavabos.
tina. ¿Por qué no con
mientras fingía una leve sonrisa aparentando naturalidad-. ¿Acas
que pudo comprobar hacía ya tres años; no obstante, lo que más le gustaba de
an los dramas. Será mejor que te vayas acostumbr
mbro, deseaba que no fuera realid
Tú
nestesista del hospital Nueva Espe
todo aquello. La rabia ante lo que él acabada de decirle se apoderó de ella,
a Santi. Se detuvo a observarlo, estaba impresionante con aquel suéter negro de cuello alto y los pantalones negro
rupo Danza Invisible comenzaba a son
ora de ese baile
a capaz de cualquier cosa. Miró a su izquierda y lo pensó dos veces, tomó de la m
ocida entre sus brazos y comenzó a moverse con ella bajo la mirada estupefacta de Cristina que comenzaba a entrar en cólera-. Baila, por favor. Sígu
desconcierto, reaccionó e i
ejarme de una vez, no
nción. Se trata de mi exnovia
uiero bailar contigo, me parece horrible que l
, él era el hombre que esa misma mañana la había empujado a las puertas del hospital. Se sintió asusta
la suavidad con la que la besaba consiguió crear en ella el desconcie
sarla. No le dio importancia a la sensación de no ser la primera vez que la veía, su capacidad se vio
su rechazo y la sonrisa pícara en su rostro por lo que, sin dudarlo, estampó la palma de la ma
o, acariciaba la mejilla golpeada, no perc
r qué cojones has besa
guntó sorprendido ante lo
misteriosa pelirroja. La han vi
raba en su alma. Su vuelta se estaba convirtiendo en una locura, quiso despedirse de Julián para aba
sí, aguantó estoico el estúpido discurso de Rodrigo y tras agrad