Un amor inocente
us dos hermanos mayores cuidaban mucho de él, p
rera se encontraba en ascenso, pues actualmen
udaba a salirse con la suya en las innumerables travesuras que normalm
arse en un lugar muy importante de la industria hotelera. Sin embargo, en la privacidad de su hogar, era un hombre de familia que, a pesar de estar d
de su amor; una mujer dulce y cariñ
e todos los días muy temprano, antes de meterse de lleno en
dicho deporte. En cambio, el niño parecía más interesado en recoger piedras y observar
hacer el mejor tiro. Después de observarlo por un momento, decidió desviar la mirada hacia a
olores llamaron mucho su atención pues el amarillo brillante de sus alas
mbargo, el hombre estaba muy ocupado analizando la direcció
siguiéndola con gran entusiasmo. Creía que no se alejaría demasia
aminos insospechados como si jugara con el niño
e sus colores era sorprendente, detalle que siempre le había llamado la atención de las mariposas, criaturas afortunadas de la naturaleza al ser poseedoras d
no hacia ella, quien parecía saberse objeto de tal admiración, por lo qu
en él. Por lo que poco a poco avanzó hasta posarse sobre uno de sus dedos. Iván parecía muy sorprendido, por consiguiente
eza se debía a su total libertad. A la vez que la veía alejarse, escuchó un extraño sonido. Al principio c
el que se encontraba, por lo que lentamente comenzó a cam
l parecieron brillar con mayor intensidad en ese instante hasta casi deslumbrarlo por completo. Por
recordar los relatos que le había hecho su madre de pasajes bíblicos en los que se hablaba de seres alados con un destello de luz en la cab
quiera. Su cabello rubio brillaba refle
lozos no dejaban de resonar de forma dolorosa causando en Iván un enorme sufrimiento. A pesar de que no comprendía el motivo del llanto de aquella criatura, de forma inexpli
uda debía ser un error del universo.
quella criatura era un ángel que había caído del cielo. Siendo así, deseó haber puesto más atención a las monjas del
guna acción para detener aquellos intensos sollozos. Su ignorancia era tal que
ctuar sin pensarlo demasiado. Por lo que se arrodill
os. La niña pareció sorprendida, por lo que obedeciendo su petición i
o obstante, en ese momento, se encontraba frente a ella ofreci
eguido hacía un minuto se acercó a él de forma
mpoco quiere verte llorar. Por
en su vida que una mariposa se posaba sobre alguna parte de su
bservándola con gran curiosidad y de la forma más sorpresiva, sonrí
bía sonreído. Aquello le causó una sensación divina en su interior. Algo que nunca antes había experimentado. En ese momento, deseo abrazar a la niña y darle un beso en la mejilla. Pero a