La leyenda de Orión
era extraño. Como siempre habÃa confundido los libros de lenguaje, habÃa traÃdo las historias de lenguaje en vez de las clases. Estos cinco minutos no fuero
seguirlo con la mirada y esta vez se dio cuenta; me lanzó una tierna mirada antes de levantar la palma de la mano en forma de saludo, un
odas y por desgracia mencionaban algo acerca de cuantos deseos eran los que la estrella les concedió, según sé, solo les concedió un deseo, leà la siguiente pregunta la cual aún tenÃa en blanco que decÃa: ¿Cuál era la
.
orbiendo de la pajilla de su b
¿tal vez podÃa usar la magia de Orión? El problema era que no estaba
ué. Ambas intercambiaron miradas mientras mi su
? Yo paso. La biblioteca no
su hermana menor y como su madre trabajaba todo el dÃa, ella se encargaba de su pequeña
as, ya que por mi pequeña estatura no lograrÃa ver ni siquiera la punta de la página. Fui a mi asiento y al mirar al frente me di cuenta que Queensland estaba en su asiento sin darle importancia a las notas, como siempre solo logré ver su espalda. Regresé mis ojos al cÃrculo de chicos que se amontonaban frente en la pizarra y como
buscaba entre los pedazos algo sobre mi nombre -, Por tu culpa no lograré ver mis notas -Al levantar mis ojos logré ver aquellos ojos azules que eran ocultos por un par de mechones de su cabello -¿Queensland? -Pronuncié un
hasta que se cubrió, para luego detenerme en los pedazos de pape
abeza aquella rara expresión que Queens
centrarme en el camino. Al frente tenÃa a Queensland; tenÃa una de sus manos puesta en su cadena justamente en el dije; sus ojos estaban aguados y su expresión facial estaba cansada y sin vida. Pasé a su lado. Ni siquiera se inmutó. Retrocedà y volvà a pasar a su lado camina
das partes para estar segura de que era a mà a quien le hablaba. Luego que
pondÃ, t
, no pensaba perdonarlo por lo que hiz
guna m
aste ambas materias
n presentimiento de mis notas y
ni
tu culpa
s notas, incluyéndote a ti. Yo estudio no
ta! ¿en que estabas
s notas ¿Cuál
por tu culpa no supieron cuál era su nota ¿ac
oma. ¿Por qué te
ues siendo un idiota! A ti solo te importa tu trasero y no
y mucho menos alguien como tú -Confesó, un poco
lo o
.
nir? -Mencionó mi mad
si
la escuela a mi casa, tampoco era para preocuparse, pero aun asà mi mamá lo hacÃa; sobre todo porque era su única hija y te