Peter Roerig
as
garganta al escuchar su nombre, no
os y echarlos al fuego por caer tan bajo con esa zorra. - ¡Acaso eres idiota! Esa mujer no vale un mísero centavo, es una maldita pre
ce unos momentos, no me gusta regañarlo, pero, es como si me metiera
rre el desastre que ella le hizo a tu hermanito. Tranquila fiera, q
ra de meter a los niños adentro para q
te ocurra moverte de ahí que es
s tres más pequeños jugaban con una pelota mientras que mi hijo mayor
re que una vez ame y asesine sin ningún tipo de piedad el día de nuestra boda. Es muy alto, tiene el mismo color de cabello y hasta camina como él. Me rompió el corazón,
e me haya causado no tiene comparación. No he eliminado ni tapado el tatuaje que nos hicimos y no tengo el valor de hacerlo
oso muerto nuevamente y meto a los niños a la casa,
cerebro de las detonaciones de mi dorada contra su cuerpo y entro a la mansión para volver junto a mi hermano. Lo mate por el
es, hermanita. Siempre amaremos al primer amor,
N V
e arte que yace sin vida sobre el plástico que la envolverá, para luego
dres en el infierno sea lo qu
os para dañar a mis hijos. Si no hubiera sido por la rapidez de uno de mis hombres al ver lo que hizo aventando el pequeño explosivo cerca de ellos y no lo hubiera pateado lejos, hoy estar
sura y déjenla en el l
io mis manos con un trato húmedo y sonrió e
r su dulce y seductora voz, le digo que pronto estaré en casa y que no tendrá que esperar mucho para
lai observa el desastre que deje y sacude su cabeza suavemente. -
para dejarlo con los demás, tengo asuntos
a y luego iré a la forja para asegurar que el cargamento que
vas a la forja para llevar tus diseños y pr
rmano y lo estrec
bara. Y no te diré que es porque eres un
os retiramos del asqueroso lugar que le di
los en la otra para mis pequeños. No tiene buena cara y sé que se me viene un regaño,