Un milagro de navidad
xan
risa y su cabello totalmente revuelto cuando estaba llorando o cuando estaba gimiendo encima de mÃ. Cuando me contaba todas s
da tan frÃa y casi sin mostrar una sonrisa, extrañaba cuando
abÃa hecho
ás se
a de un brazo y me susurra en el
habÃa sido acelerada, me preguntaba que habrÃa sido de nosotros si hubiéramos conti
aciones que avivaron mi entusiasmo. Los besos, las caricias, los susurros en la penumbra; cada gesto era un recordatorio de la conexión intensa que compartÃamos. Los jadeos y gemidos se entrel
as que redescubren su sintonÃa perdida. La habitación se llenaba de un calor comp
cada nuevo contacto exploraba terrenos inexplorados. Los sentidos se agudizab
le de ese momento compartido. Los cuerpos se convertÃan en cómplices de un deseo que, au
era un regreso al conocido terreno del deseo, sino también una exploració
ensé me hizo entender que ella me gustaba más de lo que yo era capaz d
ió rápidamente mientras contestaba el celular que habÃa sonado bastante mientras nos
as que eran de Estados Unidos, no podÃa desperdiciar eso p
que tenÃan
inversionistas para expandir el ne
dÃa lo c
re, no te preocupes -Me dice ella mie
-Le digo, ella m
ir, muchas gra
bes cóm
se como sin nada, sin un beso y la detengo para darle
me pregunto cuándo la verÃa como algo serio, me estaba diciendo es
nes de la agencia, aunque mi trabajo era totalmente remoto, pero querÃa ver c
cosas que yo no entendÃa, cuando chocamos mira
s de mandar los archivos para cerrar la información, de resto su trabajo será remoto, entonces aprovechen -. Louise da una leve sonrisa y se re
or una mujer. A lo lejos la vi, con su ceño fruncid
e indica una muchacha, la miro, era castaña clara, con u
miga de ella? -Me da
no la ves -Se gira para seguir con su trabaj
me confundÃ. Louise sale su o
últimos y corrijas lo que encuentres, si tienes
papeles y me mira, esta vez su mirada estaba más frÃa qu
o va a cubrir todo eso -Me responde
á bi
mente una cita o si puedes hoy más tarde serÃa
la
tento por esto, pero es luego de unos dÃas q