Ceos corruptos
n el que puedes estar moviendo el culito y cacareando por donde y cuando te dé la gana…! ¡Y si así fuera, e
res. Coño, gritas más que un
gana! ¿Cómo te cae eso comemierda? —pron
los pantalones para que me des co
del domingo; pues yo no para que sepas, porque le orienté bien claro a Elena que los esperaría a
trasmitió decidí no venir. No tenía
que venir a comunicármelo, o par
a con el viejuco de mierda este, pal'
lo que tengas —bramó, dando el ejemplo y potentes golpecitos con el dedo del medio sobre la mes
a, y que apenas puede verse entre sus dedos de simio. Aguardaba con una calma que ya comenzaba a aflorar. Y Marcial a que estuviera un poco m
ua de culo lo que sirven allá atrás, el único que se
de nuevo! Te hubieras metido a cocinero y p
divino. Aunque te puedo asegurar que ya tengo mis conjeturas. Relá
á Elena, ya tú la viste hoy? —in
lido a entrevistar al único vecino que falta
Dime algo ale
uro que estatal. Ya me están haciendo una lista de las empresas que cuentan con autos como ese en su poder. Le he estado da
te serviste de un tirón lo
cañón —instó, poniendo ca
el cabrón café tranquilo
or, este lo calaba más a él
o investigador para que se encargara de e
en Varadero y Tejeda está atendiendo otro ca
y la secretaria entró, momento que Marcial aprovechó para
lona. Viéndose descubierto retrocedió y Xiomara sonrió. Respetaba al Mayor; pero se divertía
descubrieron a un joven que fue golpeado y abandona
aunque será difícil que detecten algo con toda el ag
gresó. Te está esperando. Co
pinta nada —girando hacia él, argumentó—.
a nobleza que siempre ha mostrado y lástima porque otros en la unidad se aprovechan constantemente de él para encargarle todo tipo de tareas a las que prefieren evadir, relacionadas o no con el trabajo, por
ado. Acaba de retirarte por tu madre. Y ¿qué coño haces con e
a los detenidos en el calabozo. ¿Qué voy a hacer, Marcial, estar dando
estás para estos ajetreos.
en épocas de esplendores financieros y socioculturales al que bautizaron más veces que a un perro callejero cuando es
s sillas de aquella me
mejorar —comentó Elena obs
legó Marcial, acom
los labios, no de esas hipócritas que afloran a la boca cuando la ment
o, hace par de sem
sito pensar con claridad, vengo aquí —con
periódicamente. De tantos
que les dijera que si no iban a consumir tenían que irse. Perdone, señorita, mi expresión pero ese tipo es un e
arnos aquí nos impone consumir cuando la totalidad de las mesas están vacías. Vamos, ve y dile que
el nuevo funcionario que en menos de una semana ya le caía gordo al
e averiguar con el
una ocasión ese muchacho le vendió avíos nuevos para la pesca. Él había llevado un poco de café en polvo para hacerlo en casa de Fabián cuando llegó el muchacho y estaba seguro q
Ya vi las fotos que tiraron en la escena y solo corrob
en la playa regresé para la es
… ¡Coño qué clase de cabrón es el viejuco este!
igo, ¿pa
remendo anormal y me
e paso esperé a que Carlos revelara las fotos, y algo en ella
percibir que algu
onsumir en el centro. Sé que no son unos chiquillos que van a molestar a la clientela. Aun así n
, rasurado, bien peinado, oloroso, ostentoso en prendas doradas y vestimenta, una panza que con cada respiración amena
a puerta. Roberto los había incitado para que no se perdier
ambién… yo entendí mal o
s para prestar servicios gastronómicos, no sombra a gente q
úlpenos — instó ella sonriendo—. Sí discúlpenos
cuentas más tarde», pensó y volvió a centrar su atención en aquell
e policía —justo en ese momento pasaba uno distraído por la acera—, ¡Y esto sí
na lo contuvo. Sin embargo, quien intercedió fue el age