Ceos corruptos
o de estatura, pero macizo como un buey utilizado para arar la tierra. Y de Guille qué decir, aún cree que tiene quince años. Siempre le gustó el deporte aunque nunca destacó entre los mejores. N
sobre el colchón, insepa
al a pesar de sus estatus como agente de la ley reconocía y sin mucha convicción añadía que en algún momento serian solucionados. La buena de Rufina, como siempre, hizo comida para todos. Carcajadas, y tres botellas de ro
laya. Para suerte de Guille casi enseguida avistaron una guagua de esas llamadas Confronta que hacen recorridos nocturnos cada una hora, y digo para suerte de Guille, porque el trayecto de esta ruta tenía como destino y concluía en el antiguo estadio Palmar de Junco en el barrio de Pueblo Nuevo donde él residía. Derrotero cabrón impuesto a un chofer que debía esperar una hora de aburrimiento y soñolencia para volver a prestar servicio en su mayoría a jovenes de uno y otro sexos que deambulaban por las calles tras abandonar centros nocturnos, regresar de fiestas particulares en las que se ponían de manifiesto rebeldías contra lo estab
artel de un taxi, se detuvo y le sacó la mano. El conductor detuvo el auto justo antes de que comenzaran a
es po
ntestó
jo, suspirando
—preguntó Marcial,
nunca se sabe a quién mon
ntentó alquilarte
e quince en el Bahía. Son como una jauría de perros dentro del carro…
ilo, conmigo estas se
pregunta, compañero
on esta facha, solo y con unos cuantos tragos en la cabeza, te meto preso —conte
para inmiscuirme en sus asun
indagó más afablemente—. Oye, ca
uestra piquera denunció como desaparecido? — curioseó, desvia
n dando traspiés del cabaret El Caribe, le hacían señas y vociferaban al chofer para que se de
o parte a la policía el viernes temprano. En realidad es hijastro de Ví
ó mirando otro grupo que corría por la c
ron, y no lo han recibido
se enredó con alguna chamaca y lo está expr
rmir en la casa o de avisarle a la mamá
Es problemático el muchacho? —sonsacó,
igan que yo soy un chismoso… Víctor es buen trabajador y compañero
a ayudarme a entender mejor su desaparición, ¿no cre
le han levantado dos quejas o denuncias en la agencia, porque algunos pasajeros aseguraban haber dejado cosas olvidadas en el carro y Víctor cree
notaba el arrepentimiento en el conduct
ueda estar con alguna muchacha guaracheand
versar hasta que l
ía de trabajo de la semana. La moribunda ciudad se mostraba como una anciana que acababa de sufrir un prolongado y necesitado baño, polvo y suciedad acumulados en las calles se desvanecieron con un agua que parecía haber sido enviada desde el cielo por algún Ser
, qué bien me cayeron dos de los bocaditos que me dejó Ulises. Ahora solo necesito otra cosa y me como al mundo», reflexionó y miró a ambos lados cruzando la calle de dos vías en dirección a la jefatura; ya dentro saludó a varios compañeros, se entrevistó con otros y se enca
nconveniente que te encargué…? ¡Contra, te veo más arregladito ho
o al descuidado plebeyo para después despojarse de ella y arremeter con toda su furia. Repito, tampoco lo miraba como hace una presa potencial cuando siente zigzaguear la lengu
toda su paciencia y sin mesura se sirvió y bebió en silencio un largo trago del brebaje digno de los dioses. Era la única arma a manejar. Precisaba sentirse más listo para un
smeró con la ropita que traes puesta! Tienes más almidón encima
ple mortal, pero tenía la autoridad para crear pánico. Casi doscientas compactas libras de puro guajiro acostumbrado a no ser contradicho ni desobedecido, se proyectaron repentinamente desde la bu