Esposa falsa del discapacitado
ítu
uflas. Están despegadas y hablan, pero aún cumplen su función. Me levanto, arrastrando mis pies. Aún tengo un ojo pegado y
pago nada. Incluso mi jefa, me regala ropa y artículos de limpieza para e
el recinto”, suspiro frustrada. No tengo el dinero que me piden, pero ni por
to, de lo bonito q
ostosa y mi té es de una planta en una maseta, según Bria
pienses… —hablo en vo
lir de esto? Me quito las lágrimas enojada conmigo misma. No puedo ser dé
do y comiendo con total tranquilidad. Estoy con ansiedad, sostengo con mis dedos el uniforme
ruedo los ojos pero, vuelvo a recomponerme. Le doy una
ue me cruzo con uno: el chico de la plaza. Nuestros ojos se encuentran, está en su sill
te, mis mejillas se ven más delgadas así. Mis ojos grises, observan con cuidado su rostro inexpr
enta casi sin verme, devuelve el m
o. Espero, mientras voy atendiendo las demás mesas. Entonces… recuerdo ¡
acerco para dejarla debajo de un estante. Muerdo m
ojos lo escanean con disimulo, me giro pa
en un murmuro
sa, y lo observa un segundo ante
eojo. Quiero ver que termine, para darle mi so
–me grita, cubro
mento y hago u
mientras acomoda mi delantal –está muy
orada, nunca imaginé el miembro d
da”,
hombros. Suspiro, antes de embarcarme en la tarea. Lo veo ir terminand
vista como en otras ocasiones. Sino, mantiene su iris fijo en mí. Sonrío
gran sonrisa. El hombre me observa con
iento, me doy la vuelta par
razón bombardea como loco en ese instante, al vol
tiene una en la boca. Me da una sonrisa
hombre jodidamente sensual
–dice sin
ierra me trague. Sin embargo, él sigue com
cosa”, me regaño mentalmente. Mis ojos
ho –digo para
oco mi pecho, inhaló y exhalo. Brianna, me s
a y no encuentro las
estaba duro… —c
duro? –me interr
ban duras? –quiero saber ofendida, cruzada de brazos. Brianna, ba
a atrás para volver a trabajar. Más calmada, vuelvo cerca de la
que soy mala cocinera –esp
o mal, entrecerrando los o
i amiga, se ríe divertida sabiendo que la amo a pesar de todo. L
cket –
su vista. Ni “flash”, fue tan rápido. Tomo el papel
a. En la mesa, veo muchísimo dinero. Abro la boca y la cierro, po
nto un papel, e
ara el dentista”, está esc
namorada